El Ayuntamiento de Tijarafe vivió el pasado verano una de las emergencias por falta de agua de abasto más graves que se recuerdan. La sequía estuvo a punto de obligar a cortes del suministro, a lo que también colaboró la falta de concienciación de algunos vecinos, los menos, en el uso de un elemento básico y finito.

A propósito, el Pleno municipal ha aprobado un reglamento general del servicio, que incluye la categorización de nuevos usos del agua de abasto, aparte de los establecidos hasta la fecha como domiciliario e industrial. Así, aparecen usos como el comercial, el de bodegas y cuartos de aperos u otros especiales y temporales como el agua de obras.

Se prohíbe explícitamente llenar piscinas o regar huertas con agua de abasto.

Otra novedad es la obligatoriedad de la firma de un contrato entre el ayuntamiento y cada abonado, clarificando así los términos y condiciones de la prestación del servicio, dando a conocer a los usuarios y al propio prestador del servicio sus derechos y obligaciones respecto al agua de abasto público.

Marcos Lorenzo, concejal de Servicios, dejó claro que este reglamento "viene a complementar una serie de medidas que el grupo de gobierno en Tijarafe quiere llevar a cabo con el fin de garantizar algo tan fundamental para el desarrollo de cualquier comunidad como es un servicio de abastecimiento de agua potable eficiente, suficiente y de calidad".