El Museo Arqueológico Benahorita de Los Llanos de Aridane, en la isla de La Palma, albergará una colección de restos arqueológicos cedidos por el coleccionista privado Domingo Acosta Felipe, que ha estado guardada a lo largo de más de veinte años en La Laguna, Tenerife, sin que viera la luz.

Este "asombroso" fondo arqueológico, tanto por su cantidad como por la información que pueda aportar su estudio sobre la vida y la cultura de los benahoritas, está formado por materiales procedentes de Tijarafe, El Paso, Fuencaliente, Villa de Mazo, Santa Cruz de La Palma, Breña Alta, Puntallana, San Andrés y Sauces y Los Llanos de Aridane, ha informado hoy el Cabildo de La Palma en un comunicado.

Formará parte de una exposición monográfica que a finales de año conmemorará el décimo aniversario de la apertura del Museo Arqueológico Benahorita.

El director general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, Miguel Ángel Clavijo, ha explicado que una parte de esta colección llevaba más de veinte años guardada en la isla de Tenerife.

Ahora será depositada en la isla de La Palma para su estudio, divulgación y disfrute de todos los ciudadanos, restituyendo el patrimonio al lugar que pertenece: "La isla y su museo arqueológico", ha agregado.

En los trabajos de catalogación y ordenación de los materiales se ha comenzado con los procedentes de un único yacimiento, denominado Cueva Chica, ubicado en Puntallana.

Todos los objetos han sido rescatados de esta cueva de habitación y, además, en su inmensa mayoría del Estrato II, dando una idea real y fiable de la riqueza de este yacimiento, un caso único en La Palma, ya que se pueden llegar a reconstruir completamente las vasijas encontradas, ha detallado el director general de Patrimonio Cultural.

A juicio de Jorge País, doctor en Prehistoria por la Universidad de La Laguna y jefe de la Sección de Patrimonio Histórico y Arqueológico del Cabildo de La Palma, ningún yacimiento de la isla, ni siquiera la Cueva Tendal, se puede equiparar a la riqueza de los vestigios de todo tipo que se han extraído de la Cueva Chica.

En Cueva Chica hay representaciones de todas las fases y subfases que se han identificado para la antigua Benahore, con formas y unos sistemas decorativos que, en muchos casos, nunca se habían detectado en la isla.

Se trata de pedazos de barro sin cocer o con huellas dactilares, ha precisado Jorge País.

Según el doctor en Prehistoria, la industria lítica es espectacular, con utensilios preparados para realizar todo tipo de tareas cotidianas en basalto, obsidiana y sílex.

Por otra parte, son cientos los elementos óseos, con punzones de todas las formas y tamaños, cuentas de collar y colgantes y tubos óseos, algunos decorados o expuestos al fuego.

Ha destacado, en relación la industria lítica, los cientos de cuentas de collar realizadas en pequeñas conchas de columbellas, burgados secos, púrpuras y otras especies marinas, que por primera vez se observan tratadas con esta finalidad.

En definitiva, ha continuado, los materiales de la colección de Domingo Acosta procedentes de la Cueva Chica, ofrecen una valiosa información sobre la forma de vida de quienes la ocuparon.