El Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma utiliza en ocaciones criterios subjetivos para denegar o aprobar a bares y restaurantes la instalación en el casco histórico de sus terrazas, ante la falta de concreción de la ordenanza en vigor de ocupación de la vía pública con mesas y sillas.

La junta de gobierno debe hacer una interpretación de una parte importante de las peticiones que en esta materia se presentan, al no estar regulada con claridad la concesión de la licencia en determinados casos. Ya ocurrió la pasada legislatura con la solicitud de un empresario local de colocar mesas y sillas en la céntrica plaza de España, lo que acabó siendo rechazado no por una ordenanza concreta a la que todos los negocios deben acogerse, sino por la valoración de los gobernantes, hasta el punto de que se llegó incluso a votar si dar o no la licencia. Algún que otro técnico también expresó su parecer. Una opinión a la postre personal.

Ahora, otro bar ubicado en una de las zonas emblemáticas de la ciudad, La Placeta Restaurante, ha recibido una notificación del ayuntamiento capitalino, por la que se le deniega la licencia para la instalación de cuatro mesas y doce sillas para las que sí recibió permiso durante la celebración de las Fiestas Lustrales, en el verano de 2015. El razonamiento para la denegación es que "consideramos de interés general mantener la perspectiva de este rincón urbano del conjunto histórico-artístico de Santa Cruz de La Palma".

Analizando la normativa de ocupación de vía con este tipo de mobiliario, se recogen criterios claros sobre las características de los materiales utilizados, las dimensiones, los colores, las obligaciones de limpieza, las molestias por ruidos o la prohibición de que lleven publicidad, pero en ningún caso se hace referencia a las perspectivas de los rincones de la ciudad, lo que, por otro lado, resulta complejo de definir. Tampoco se recogen las plazas u otros espacios abiertos del "corazón" de la capital donde no se puedan colocar terrazas.

El responsable de La Placeta Restaurante, David Leiva, mostró a esta redacción su indignación con la decisión del ayuntamiento. A propósito, informó de que "las cuatro mesas me las autorizaron para la Bajada de la Virgen. Posteriormente, me las mandaron a quitar, lo que entendí que se había producido por un defecto de forma al ser una licencia temporal. Hice una nueva instancia, solicitando la licencia para esa terraza y la respuesta ha sido absolutamente subjetiva".

Leiva, que no entiende los razonamientos municipales, sostiene que "se puede denegar la licencia por mil y una razones que sean objetivas, pero que no me salgan con esto... Qué es para ellos una perspectiva de un rincón urbano. ¿Es solo para esta calle? Y qué pasa con la plaza de Santo Domingo, con la calle Trasera o con otras calles del casco histórico. Hay muchos ejemplos de que las perspectivas, si a eso se refieren, no se conservan".

Las mesas y sillas solicitadas se iban a instalar en uno de los laterales de esta reconocida casona, dejando espacio suficiente para los peatones. La realidad, sin embargo, es que en otros lugares del casco histórico ocurre lo contrario, es decir, la ocupación autorizada de mesas y sillas es de tal magnitud que dificulta el paso a los transeúntes, tal y como ha reconocido el propio gobierno municipal.

La Placeta Restaurante ya decidió en carnavales no organizar la fiesta de los 80 que había celebrado en otras ocasiones por las decisiones municipales con esta terraza. Ahora, el empresario tiene un mes de plazo para recurrir ante el ayuntamiento la denegación de la licencia o bien abrir, como última instancia, la vía judicial por lo Contencioso.