El supuesto pasadizo que conecta el castillo de Santa Catalina y el exconvento de San Francisco, donde el Gobierno de Canarias realizará excavaciones para confirmar su trazado, podría tener su boca de salida justo detrás de la sala Carmen Arozena, en la construcción norte del inmueble religioso, según sugiere la investigación efectuada hasta la fecha, a la espera de que se comience con las obras que darán luz al túnel.

La información oral recabada y la documentación histórica existente ofrece veracidad al pasadizo entre ambas edificaciones. Existen actas de traslados de monjes y monjas por debajo de la calle desde el exconvento, lo que demuestra la existencia de túneles, a lo que se suma que en el archivo de protocolos del Cabildo se encuentra un plano de la época de Pérez de la Rosa sobre el castillo, donde está marcada una zona subterránea que no se corresponde con el calabozo sino que se prolonga fuera de la fortificación.

El hallazgo del supuesto pasadizo se produjo de manera fortuita, mientras se realizaban tareas de reposición de unas baldosas en uno de los salones inferiores de la fortaleza, dentro de las actuaciones de mejora del recinto para su apertura al público.

Bajo el suelo de la habitación encontraron restos de bala de fusil del siglo XIX y lo que parecen ser los muros de piedra del túnel subterráneo.

El arqueólogo Jorge Pais, trabajador de la institución insular, se encargó de redactar un informe sobre el comienzo del túnel, asegurando en aquel momento que "todo parece indicar que se trata de un descubrimiento de gran importancia para la historia de la ciudad".

Estudiosos que han analizado el hallazgo se niegan a confirmar que efectivamente sea un túnel entre ambas construcciones. "Hay razones para pensarlo, pero no para afirmarlo. Se puede pensar, y con argumentos, que debe ser un pasadizo para escapar de los ataques de corsarios o reales armadas, pero hasta que se hagan las excavaciones...".

Las dudas parecen también razonadas: "Nadie sabe ahora mismo hasta dónde llega ese supuesto túnel. Lo probable, detrás de la sala Carmen Arozena, pero también puede ser una cisterna, una construcción anterior o un tubo para el despeje del antiguo polvorín", señalan las mismas fuentes, que defienden que "si en realidad es lo que pensamos (un pasadizo), sería un descubrimiento muy importante, que siendo restaurado respetando su historia, tendría unas posibilidades enormes".