Mazo arrancó antes. La tradición dice que los arcos se comienzan a plantar el miércoles. Así ha sido "siempre". Pero, para qué engañarse, era una locura donde las últimas horas se convertían en un correr vecinal para acabar en hora. A veces era agobiante. Eso sí, siempre se lograda. Nunca quedó nada por detrás al menos de cara al visitante.

Las normas de seguridad son cada vez más exigentes y los operarios son los que son: prácticamente los mismos. Quizás por ello, el martes ya se habían levantado seis estructuras y ayer el resto, ocho, una por cada uno de los trece barrios que tiene el municipio, a los que se unirán los pasillos, alfombra y tapiz elaborados a mano con productos naturales, y que hoy jueves marcarán el camino de la solemne procesión del Corpus Christi, que se vive con pasión y que se iniciará sobre las 19.30 horas, tras la eucaristía del Cuerpo y la Sangre de Cristo en el templo de San Blas, donde cantará el coro del aula de música de Villa de Mazo y Tijarafe y el infantil Princesa Arecida, en una muestra colectiva de cristianismo.

Los arcos siempre sorprenden. Un año sí y al otro, también. Discurrir por las calles empedradas del casco de la Villa y encontrarse con esas enormes estructuras verticales, que nacen de la imaginación y esfuerzo de cada uno los vecinos, no deja indiferente a nadie. El alcalde, José María Pestana, se esforzaba ayer por invitar a los palmeros y foráneos a acercarse hoy a su pueblo para disfrutar "con esta muestra de arte popular", aunque es consciente de que el proceso de montaje de los arcos, "se ha convertido en un espectáculo en sí mismo", con la asistencia de numerosos curiosos.

Los arcos estarán fijados hasta el domingo. Merece ir a apreciarlos.