Los establecimientos turísticos de La Palma han alcanzado la cifra sin precedentes de 1,8 millones de pernoctaciones, pero la media de los precios de los alojamientos en la isla solo han subido en el último año 0,50 euros, un dato llamativo si se tiene en cuenta que ese aumento en el conjunto de Canarias ha sido de 4,36 euros.

La tarifa media diaria de los alojamientos palmeros se mantiene en el nivel más bajo de todo el archipiélago, con un precio de 38,96 euros, casi la mitad de la tarifa media del resto de la Comunidad Autónoma, que roza los 76 euros.

Éstas son algunas de las conclusiones del Informe de Coyuntura denominado ''El Turismo en La Palma'', elaborado por la Cátedra de Turismo de la Universidad de La Laguna (ULL), CajaCanarias y Ashotel en el marco de un convenio de colaboración firmado con la Asociación para el Desarrollo Turístico de La Palma (Asdetur).

El trabajo de investigación llevado a cabo por un equipo multidisciplinar liderado por Pablo Rodríguez González, miembro del Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad de La Laguna, destaca que el turismo en La Palma "ha cosechado en 2016 unos resultados que, en algunos aspectos, pueden considerarse espectaculares: se ha sobrepasado con creces el máximo histórico de 136.000 pasajeros procedentes del extranjero del año 2000, hasta llegar a los 167.898 pasajeros extranjeros".

El informe, que incluye una estrategia de consenso para el desarrollo turístico en La Palma, revela otros datos positivos, tales como que el gasto por turista y día está casi al mismo nivel (122,55 euros) que en su máximo histórico de 2013 (123,55 euros) y, de hecho, el gasto medio por turista y día en origen ya es el más elevado de la serie. Los datos del ISTAC acreditan una mejoría en la impresión de los turistas sobre el destino palmero, lo que se ha traducido en que el empleo en la hostelería alcanzara su máximo nivel: 2.945 empleos registrados en el último cuatrimestre de 2016.

Pese a todo, el informe recuerda que estos positivos resultados no deben hacer olvidar que persisten algunos problemas estructurales ya detectados en trabajos previos. Si el crecimiento de La Palma es alto, el del conjunto de las islas es aún mayor: situándose en la perspectiva temporal más amplia que permiten los datos de pasajeros internacionales, del estudio se desprende que, si La Palma ha sobrepasado en 2016 un 23% sus cifras del año 2000, en Canarias la mejoría ha sido del 34%.

También se detectan algunas tendencias en el perfil del turista que, de mantenerse en años sucesivos, pueden llegar a resultar preocupantes. El turismo en la isla sigue siendo muy dependiente de los turoperadores y otros intermediarios turísticos y, de hecho, en los últimos años ha retrocedido ligeramente el porcentaje de turistas que reservan directamente con el alojamiento, sin recurrir a un intermediario (14,9%). Además, los paquetes turísticos especializados mantienen un peso muy reducido. Por otra parte, continúa acentuándose el perfil senior de los turistas de La Palma: casi dos de cada tres son mayores de 44 años.

UN MODELO TURÍSTICO DE CONSENSO PARA LA PALMA.

Esta investigación, que pretende poner en conexión la información estadística sobre el turismo en La Palma recopilada en el marco del proyecto y los avances recientes en la investigación del desarrollo y gestión del turismo de naturaleza con las percepciones y opiniones de los propios actores que intervienen en el desarrollo del turismo en la isla, pone de manifiesto "el reconocimiento por parte de los entrevistados del momento de inflexión en el que se encuentra el turismo de la isla".

Asegura Pablo Rodríguez que "no se trata tan solo de la recuperación de los indicadores turísticos previos a la crisis económica, sino de un cambio más amplio en la percepción de la sociedad palmera sobre el papel del turismo en la economía insular. Es común a todos los actores una expectativa de crecimiento en la oferta turística en la isla, alimentada por la favorable coyuntura del mercado turístico y las iniciativas políticas dirigidas a superar los obstáculos normativos que han impedido el crecimiento de la oferta en las últimas décadas".

Ante esta expectativa de crecimiento, los entrevistados se posicionan de distintas maneras respecto al tipo y volumen de la oferta a desarrollar, desde los que plantean un crecimiento mínimo, restringido a la renovación de los núcleos ya consolidados, hasta los que abogan por que sea el mercado quien fije la dirección del desarrollo turístico.

Entre ambas posturas, genera un amplio consenso la idea de un desarrollo pausado en términos cuantitativos (un crecimiento ''poco a poco''), localizado en torno a los focos actuales de actividad turística y orientado hacia la diferenciación cualitativa de la oferta. Detrás de este consenso encontramos otro gran elemento de acuerdo entre los distintos actores: ninguno quiere que La Palma siga la senda que han seguido las islas turísticas ni un desarrollo masivo que altere la calidad de vida en la isla.

En relación con esta idea, la Naturaleza aparece como el eje central de la propuesta turística de La Palma, con los paisajes y atractivos naturales y patrimoniales de la isla como recursos fundamentales. Sin embargo, más allá de esta idea general, se registra cierta indefinición acerca de las líneas concretas en las que desarrollar esta propuesta, así como un descontento más o menos agudo con la forma en que se ha gestionado en el pasado el desarrollo y promoción de esta temática. En particular, se manifiestan dudas acerca de la capacidad de distintos productos concretos para impulsar por si solos el desarrollo socioeconómico que necesita la isla. L a isla, con sus variados recursos, ofrece una plataforma en la que desarrollar productos innovadores orientados al mercado cada vez más diversificado del turismo de naturaleza, pero advierten los autores del estudio que "la clave no está en los recursos, sino en la capacidad de la isla para movilizar a innovadores en esta modalidad de turismo, es decir, favorecer el despliegue de recursos humanos con capital cultural y social capaz de convertir los recursos y localizaciones de la isla en productos con atractivo para la exigente demanda de este mercado".

Los profesores autores del estudio ponen el acento en "los problemas de la isla para fijar a su población joven cualificada" una realidad para la que proponen como elemento crucial "la implantación de mecanismos de gobernanza abierta en la articulación de la cadena de valor turística" que permitiría "la posibilidad de acceder a las redes locales de distribución y a los recursos promocionales del destino".

Entre las respuestas para lograr una mejora sustancial de la situación actual, el estudio propone desarrollar una estrategia de promoción que mejore la visibilidad del destino dando cabida a los distintos productos que lo integran. A esta línea de trabajo se sumaría integrar la planificación y el desarrollo de infraestructuras con la oferta efectiva de productos, además de impulsar activamente las sinergias entre el sector turístico y el resto del tejido económico palmero, en particular las actividades agroambientales.

Como colofón a esta estrategia, los expertos de la Cátedra de Turismo de la ULL proponen también implementar un sistema de información turística transparente, preciso y ágil, que sea capaz de identificar con suficiente antelación las oportunidades y riesgos ambientales, sociales y económicos y generar una conciencia social sobre el impacto del turismo en la calidad de vida de la población palmera y su relación con el paisaje y el patrimonio, impulsando la implicación en su conservación.