Domingo, 25 de febrero. El temporal Emma golpea La Palma. Las rachas de viento superan los 100 kilómetros por hora y deja inoperativo el aeropuerto. Centenares de turistas que esperan por sus vuelos para volver a sus hogares se quedan en tierra. Touroperadores, receptores e incluso responsables de Turismo inician la búsqueda de camas libres en las que poder alojarlos.

El temporal acaba dejando al descubierto la endeblez del músculo alojativo de La Palma. No es ni tan siquiera temporada alta de turismo y aún así no se encontraron alojamientos disponibles hacia donde derivar a los visitantes. Apenas se logran unas decenas de camas. El recurso de urgencia, para evitar que los visitantes tuvieran que dormir en el aeropuerto, acaba siendo una instalación militar: el acuartelamiento El Fuerte. Las mismas naves donde hasta un millar de soldados de reemplazo se acumulaban antaño, cuando la "mili" era obligatoria. El Ejército atiende la petición y allí pasan la noche 189 personas, en su mayoría alemanes, británicos y franceses.

Las fuentes consultadas por este periódico, vinculadas al sector turístico, admiten que "a pesar de que se ha dado respuesta a una situación de emergencia, la imagen de 400 turistas durmiendo en un cuartel no es la mejor para el destino" y apuntan otra causa, diferente a la escasez de camas, para que esta situación se produzca: "Nos faltan hoteles, es cierto, pero en otras islas hay una coordinación mayor entre la administración y todos los alojamientos, lo que permite activar un protocolo de crisis y poner con celeridad camas a disposición".

"En La Palma hay bastantes establecimientos con los que nadie se puso en contacto durante estos días y no es porque no se quiera, que aquí absolutamente todos buscamos lo mejor para el visitante, sino porque no hay esa cadena perfectamente definida para actuar con rapidez en estos casos", sostienen.

No es solo el alojamiento. "Hablamos de un protocolo donde también se activen taxis, para que no ocurra que lleguen 400 turistas en barco al puerto porque su avión fue desviado por la tarde a Tenerife y no encuentren los suficientes taxis libres para llegar a sus hoteles", apuntan las mismas fuentes.

La situación, analizada aunque brevemente en la sesión plenaria del Cabildo tras una consulta del consejero Raúl Camacho (PP), se vuelve a repetir dos días después: viento, aeropuerto sin operar, turistas sin alojamiento y El Fuerte como recurso. El martes son 210 visitantes los desplazados. Personas mayores, con una media de edad superior a sesenta años, así como dos familias con cuatro niños pequeños. Las labores de preparación de alojamientos y ubicación del personal se prolongaron desde las 17:30 horas a las 00:30 horas. En esta ocasión no solo durmieron. Usaron el espacioso comedor militar para darles de cenar y desayunar.