Cuando subes por la Alameda un 3 de mayo ya sabes lo que te vas a encontrar: mayos. Esos muñecos de trapo de tamaño natural que los vecinos colocan representando diferentes episodios de la vida cotidiana, que parecen marcar el camino a las cruces además de ser sus imaginarios protectores.

Santa Cruz de La Palma no olvida el adorno de las cruces, tanto aquellas del centro como las ubicadas en los barrios periféricos. Al final y al cabo es la base de esta fiesta, pero si algo distingue a la capital de cualquier otro punto de la Isla durante el inicio del quinto mes del año son los mayos, que tienen en la calle del Tanque su mayor expresión, sin olvidar tampoco el trabajo que realizan al otro extremo de la ciudad los vecinos de San Telmo.

La gracia de los mayos radica en la imaginación de los vecinos, de aquellos que los diseñan. Durante la subida hasta el colegio José Pérez Vidal (Sector Norte), el visitante se sorprende con diferentes representaciones, desde el pescador con sus aparejos y una pequeña embarcación (¿un optimist?) hasta una tienda de productos básicos que ocupa lo que parece un garaje: "sardinas saladas", se anuncia en un cartel junto a naranjas, queso, vino y huevos. Los muñecos de trapo tampoco se olvidan de la importancia de la donación de sangre, con uno de ellos en una camilla mientras es atendido por una enfermera, incluyendo además a la auxiliar que se encarga, con máquina de escribir en mano, del registro de donación.

Una cruz adornada, justo en la entrada al colegio, recuerda que se celebra el 525 aniversario de la fundación de Santa Cruz de La Palma. Enfrente, un grupo de mayos teatralizan una procesión, con los concejales y sus medallas al cuello, además de agentes de la autoridad.

El recorrido es alegre, divertido... pero muere pronto. Demasiado pronto. Hasta hace apenas dos años, los mayos avanzaban por la zona del pabellón municipal hasta la zona del Velachero, con puestas en escena llenas de inteligencia. Ahora faltan más de 200 muñecos. Primero se dijo que era por la falta de un local, luego se hundió por la desgraciada ausencia de uno de sus protagonistas, la falta de ayuda municipal también colaboró... Se extrañan.