La Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife fue el ente público que encargó y abonó el proyecto de construcción de la plaza del siglo XXI, una actuación a la que en la última reunión de la comisión puerto-ciudad ha puesto serias reticencias al entender que es un espacio que necesita para dar respuesta a su crecimiento futuro.

El debate generado en las dos últimas semanas entre la Autoridad Portuaria y el ayuntamiento de la capital, con la intervención del Cabildo en apoyo de la institución local, se produce por el "cambio de rumbo" de Puertos, afirman fuentes municipales, que admiten su "sorpresa y desconcierto" por una intervención que nunca había estado en discusión y para la que sí era necesario definir su modelo.

El único proyecto conocido sobre esta actuación, al que se han unido otras ideas o bocetos presentados de motu proprio por al menos dos profesionales, fue encargado y abonado por la Autoridad Portuaria al arquitecto Rafael Daranas, que recibió el encargo de diseñar una zona de ocio en el espacio que ocupa la única bolsa de aparcamientos que tiene la ciudad, un lugar estratégico al dar acceso al corazón de la ciudad.

La plaza se diseñó con espacios a distintos niveles, con un graderío fijo para miles de personas, pensando sobre todo en conciertos y actos de la Bajada de la Virgen; e incluso un centro comercial de tres plantas.

La realidad es que fue tan ambicioso el proyecto encargado de Puertos, que ningún empresario se interesó por su ejecución. Y es que en realidad la plaza del siglo XXI estaba pensada para su construcción con fondos privados y el coste rondaba, según ha podido conocer esta redacción, los 15 millones de euros. El supuesto beneficio del inversor estaba en la gestión del centro comercial y de los aparcamientos subterráneos. El proyecto se presentó a diferentes promotores, incluso internacionales, y todos rechazaron la idea. Tal y como estaba planteado, no era rentable.

Después de comprobar que ese proyecto no era económicamente viable, siempre que dependiera de promotores privados, fuentes municipales aseguran que el ex director de la Autoridad Portuaria en Santa Cruz de Tenerife, Pedro Rodríguez Zaragoza, asumió el compromiso de encargar un nuevo proyecto de zona de ocio, dejando claro que sería "el último" que hiciera Puertos para este lugar, al menos bajo su mandato. Nunca se llevó a cabo.

En el seno de estos encuentros, se llegó incluso a plantear la posibilidad de que el suelo donde se encuentra la gasolina BP de salida de Santa Cruz de La Palma, también en terrenos de la Autoridad Portuaria, tuviera un uso turístico, para lo que era necesario un acuerdo del Consejo de Ministros por su excepcionalidad. El nuevo equipo gestor de Puertos entiende ahora que ese planteamiento de sus predecesores no es viable, y que además necesitan este espacio si la ciudad quiere que la actividad en el puerto no se vea perjudicada.