Partido de fútbol de rivalidad: Atlético Paso-Los Llanos de Aridane. Dos municipios vecinos. El árbitro decide en el descanso requerir por seguridad la presencia de la fuerza del orden público para iniciar la segunda parte. Alguien toca en la puerta de su vestuario. Se identifica como el alcalde del municipio de El Paso, Sergio Rodríguez, y, siempre según el acta del encuentro, el regidor acaba perdiendo la compostura.

El colegiado expone sin dudar que el alcalde se identifica (se entiende que de forma verbal) y le advierte de que no piensa esperar 30 minutos hasta que llegue la Guardia Civil. Que antes "cierra el campo y se queda tan a gusto". El árbitro indica a Sergio Rodríguez que puede hacer lo que estime oportuno, "pero que nos lo comunique antes para hacerlo constar en el acta o, en este caso, en un anexo".

A partir de ese momento, la conversación se crispa. El regidor le espeta al colegiado que "le da igual lo que pongamos (en el acta), que él no se va a encargar de nuestra seguridad ni de lo que pueda pasar con la gente del público". El árbitro se reafirma: "no vamos a continuar hasta que llegue la Guardia Civil". El juez del partido relata que en ese momento, Sergio Rodríguez le dice "ustedes (en referencia al trío arbitral) no saben quién soy yo, así que no se pasen que no saben quién soy yo. A mí con chulerías y machangadas, no. Quién os creéis que sois para provocar todo esto. Los problemas de seguridad los estáis provocando vosotros por no continuar con el partido y esperar por la Guardia Civil".

La imagen es la siguiente: vestuario pequeño, encuentro de rivalidad de la liga insular, unos 400 espectadores en la grada y el alcalde del equipo local (sí, el alcalde) que decide entrar al vestuario del árbitro, una persona que se lleva apenas unas decenas de euros por mucho El Paso-Los Llanos que sea.

La discusión se mantiene y el colegiado escribe que el alcalde se estaba expresando "a viva voz", por lo que le invita a que abandone el vestuario.

Sergio Rodríguez se pone aún más nervioso, por describir de alguna manera lo que sugiere el árbitro en el acta, y acaba "siendo sujetado por miembros de la directiva del Atlético Paso, entre los que se encontraba su presidente", ya que la intención del regidor municipal "no era la de marcharse" sino amedrentarlos con sus comentarios, "saliendo de nuestro vestuario unos minutos después".

La Guardia Civil se presenta en el campo municipal de El Paso y los agentes garantizan al trío arbitral que ellos se encargan "de proteger nuestra integridad física" durante el desarrollo del encuentro y hasta abandonar las instalaciones deportivas, por lo que "decidimos continuar con el encuentro sin que se produjeran nuevas incidencias y abandonando posteriormente las instalaciones deportivas sin ningún tipo de problemas".