El macroconcierto que se celebró el pasado 28 de julio en el puerto de Tazacorte este verano fue rentable. La actuación como cabeza de cartel del grupo Maná fue suficiente para garantizar la asistencia de unos 15.000 espectadores, que también pudieron disfrutar de la música de Sebastián Yatra, Inna, Soraya, Sidecars y Juicy M.

El recital -incluido en la programación del Love Festival y cuyos datos dejan al descubierto que con una buena producción la Isla tiene capacidad para acoger con solvencia un evento musical de calado cada año- tuvo un coste de unos 700.000 euros, de los que el Cabildo, como organizador del evento a través de la empresa pública Sodepal, aportó 200.000, mientras que el resto se obtuvo a de ingresos procedentes de patrocinios públicos, especialmente del Gobierno de Canarias, y privados.

Fue una apuesta económica importante, pero rentable para la Isla. Los ingresos en entradas alcanzaron los 505.000 euros, aunque la clave está en el impacto económico global, que alcanzó los 1.9 millones de euros, según el estudio presentado por el presidente del Cabildo de La Palma, Anselmo Pestana, y el consejero de Promoción Económica, Jordi Pérez Camacho, elaborado por la empresa Silk.

Es cierto que todo estudio que encarga la institución insular, ya sea por actos deportivos o festivos, sale a su favor. No se conoce ni uno en contra. También es, al fin y al cabo, el que lo paga. Ahora bien, partiendo de los datos facilitados a los medios de comunicación, el 50% de los asistentes al evento residían fuera de La Palma. Se trataba de un público con una edad media de 37 años y con una capacidad adquisitiva que les permitió un gasto por persona de 171,27 euros en 2,85 días de estancia.

Ese dinero se distribuyó entre viaje (25,79 euros), alojamiento (25,45), restauración (41,89), entrada (35,23), alquiler de vehículo (11,48), transporte (6,44) y compras y otros (18,54). En el caso de los palmeros, el gasto medio por asistente se limitó a 60,7 euros.

Los datos de impacto social se recogen también en una muestra realizada con 382 personas tanto en los días previos como en el día del macroconcierto, llegando por primera vez en La Palma a agotar las entradas.

Según la encuesta realizada, el 84,8% de los asistentes al concierto consideraron "razonable" (49.2%) o "económica" (35.6%) el precio del acceso al concierto.

Hay que recordar que el macroconcierto se celebró en el marco del Love Festival, un encuentro sobre tolerancia, normalización... pero que al fin y al cabo sus números, balance y trascendencia dependen casi en exclusiva de un evento determinante como es el encuentro musical en Tazacorte, en el que todo sugiere que un considerable número de asistentes ni tan siquiera son conscientes de que tenga que ver con la defensa del colectivo LGTBI+.

Anselmo Pestana ha asegurado que los datos del Love afianzan este evento "como una apuesta importante para la Isla, que se va consolidando y que seguirá siendo sometida a este tipo de análisis para seguir mejorándola". "El de 2018 ha sido un festival por el que todos debemos felicitarnos", sentenció.