La tónica general de los ayuntamientos de la Isla es utilizar el dinero del plan de cooperación con el Cabildo para llevar a cabo obras menores (aceras, asfalto, luminarias...) o para cubrir servicios. Los Llanos de Aridane atiende las primeras necesidades con recursos propios y usa estos fondos para una obra determinada que se mantengan en el tiempo.

Otros años fueron, por ejemplo, la piscina municipal o el cambio del césped en el campo municipal Aceró. En 2019, el objetivo es el aprovechamiento del espacio que ocupan las canchas situadas junto al terreno de luchas Camilo León. Un pasillo separa a ambas instalaciones deportivas.

En este caso, al contrario que en años pasados, no está clara la obra a ejecutar. Es más, ni tan siquiera hay un proyecto definido. El ayuntamiento recibirá más de 400.000 euros y ya acordó en sesión plenaria que la obra sería la intervención en estas canchas, lo que en teoría supone la reserva de crédito. "Esa es la propuesta que le mandaremos al Cabildo", apuntó la alcaldesa, Noelia García.

La pretensión inicial era exclusivamente techar este recinto. Pero se irá más allá. A propósito, el portavoz de Izquierda Unida Canaria, Felipe Ramos, expuso a la hora de votar este asunto en el pleno que "entiendo que se tiene en cuenta lo que hablamos en comisión y que se plantea algo más ambicioso que el simple techado". La regidora fue clara en su respuesta: "el proyecto debe incluir el máximo aprovechamiento posible de este espacio".

En las dependencias municipales existe un anteproyecto, o al menos un boceto, de fin de carrera que se presentó en su día en el Museo Arqueológico Benahorita (MAB), junto a otros trabajos de instalaciones de diferentes municipios, con una propuesta de actuación en estas canchas. La iniciativa era tan creativa como costosa, algo más de tres millones de euros, y se apostaba básicamente por levantar la cancha a la altura de la calle Ramón Poll, aprovechando el subterráneo que se cree para aparcamientos. Además, el recinto sería techado con una plataforma vegetal.

Noelia García señaló que "la idea es mantener una reunión con los redactores del proyecto o anteproyecto que existe ahora mismo, ver las posibilidades que existen (se entiende que de adaptarlo) y encargar el proyecto para que pueda estar finalizado en los próximos meses".

La alcaldesa es consciente de que "es probable que con el plan de cooperación de la anualidad 2019 no sea suficiente para costear" esta obra, que en realidad y a poco que sea ambicioso hipotecaría el plan de cooperación que se fije para la nueva legislatura, y eso a pesar de que lo que previsiblemente se ejecute en la zona sea bastante diferente a lo que se plantea en el trabajo fin de carrera presentado en el MAB.