50 kilómetros caminando. 30 horas. Salen a las seis de la mañana de un sábado y llegan a las doce del mediodía del domingo. Dicho así, parece una locura. Bueno, en realidad es una locura se diga como se diga.

Un año, hace ya ocho o nueve, Voro quería dar la vuelta a la Isla en solitario y a Nigel se le ocurrió la idea, quizás fue un convencimiento mutuo, de hacerlo en grupo por una buena causa. Detrás estaba (y está) el Club Bayana, "friquis" del deporte. Así nació lo que se denomina "Desafío GR-130 por los Niños Especiales". Ir por el sendero por la costa que toca los 14 pueblos para recaudar fondos en ayuda de menores diferentes que pueden presumir de tener familias que se dejan hasta el último aliento por entregarles lo mejor que tienen: el alma.

El reto se inició en Los Llanos. En la plaza de España. Los participantes bajaron hasta el barranco de Las Angustias, en Tazacorte, para subir luego a Tijarafe. Tras pasar por Puntagorda, llegaron al mediodía a Santo Domingo de Garafía. El Tablado, Franceses, Gallegos y ya de noche, a Barlovento. Es más de la mitad del recorrido. No es obligado hacer todo el trayecto. Aquí hay dos cosas claras: nadie está obligado a nada ni la prueba es competitiva. Es más, la minoría es la que intenta hacer 150 kilómetros. El resto, centenares, muestra su colaboración, de crucial importancia, por tramos.

En cada pueblo, el ayuntamiento de turno se vuelca. También los voluntarios. Igual las empresas colaboradoras. Los avituallamientos permiten a los corredores, a los caminantes, "sobrevivir". Un descanso en cada punto.

Tras Barlovento, ya de noche, se pasa por San Andrés y Sauces y Puntallana hasta llegar al atrio del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma. Es ya de madrugada. Sobre las dos. Pero los corredores nunca están solos. Toca subir a San Pedro (Breña Alta), pasar por Monte Breña (Breña Baja) y enfocar Villa de Mazo antes de otro "gran" parón en Fuencaliente.

La Asociación Niños Especiales nació allá por el año 1996. Familias que tienen en común un hijo, una hija y, en algunos casos dos, con algún tipo de lesión neurológica o de componente genético que les causa alguna discapacidad o cuadros de pluridiscapacidad, fueron los protagonistas de su creación. A lo largo de los años han cambiado muchas cosas, pero mantienen la energía por dar a los suyos una vida digna.

Tras Jedey (El Paso) y San Nicolás (Los Llanos), los héroes, ya alguien demostró que no todos tienen capa, entraron en la misma plaza de la que 30 horas antes habían partido. Sí, lo volvieron a lograr.