PARA el presente estudio se trataron los datos recogidos en el estadístico de don Pedro de Olive editado a principios de los años 60 del siglo XIX. Según ellos, los distintos ayuntamientos reflejan su situación real en ese periodo en distintas parcelas dentro de sus competencias. Con relación al tema que nos ocupa, las referencias nos permiten llegar a conclusiones nada prometedoras al respecto.

La información se ofrece por municipios separadamente para, al final, añadir algunas conclusiones globales extensibles a todo el territorio que, unos años más tarde, conformaría el Partido Judicial del Sur tinerfeño.

Fasnia

Siguiendo la reseñada fuente para este término, entonces contaba con una sola escuela de varones para una población escolar de 443 alumnos (229 niños y 214 niñas) en edades comprendidas entre los 6 y los 15 años, ambos inclusive, según la pirámide poblacional de la época. Recoge la misma publicación que a esta escuela solo asisten tres alumnos. Este es un dato que debe tomarse con cautela, porque, seguramente, se trata de una previsible errata. Continúa informando que, del total de su población, 1.817 almas, solo 67 vecinos saben leer y escribir y leen pero no escriben 33 más. Por sexos, 73 de ellos son varones y solamente 27 representan al sexo femenino. Curiosamente, en el segundo grupo son mayoría las mujeres sobre los hombres, 13 frente a 20. Mientras que entre los que manejan ambas herramientas de lectoescritura, el número de varones supera con holgura al de las hembras en una proporción de 60 frente a 7, respectivamente.

Entonces, 1.717 vecinos censados en este término no saben leer ni escribir. Su índice de analfabetismo superaba el 96,5 por ciento. El resto, 3,5% lee o escribe. Domina ambas facetas la exigua cantidad de un 5,5 en términos porcentuales. Estamos ante los datos significativamente peores de todas las demarcaciones estudiadas.

Arico

Este municipio, el más extenso y el segundo más poblado, tampoco ofrece resultados alentadores. Para un total poblacional de 3.405 habitantes, disponía de una sola unidad escolar a la que asistía una media de 23 alumnos, mientras que su colonia escolar era de 830 previsibles aspirantes (450 niños y 382 niñas, siempre según el intervalo de edad elegido). Según se desprende de estos dígitos, apenas tres niños y niñas de cada cien posibles visitaban el aula con regularidad.

En esta época, en Arico sabían leer y escribir 235 almas (170 varones y 65 hembras). Además sabían solo leer 55 ciudadanos (24 de ellos varones y 31 hembras).

Visto en cifras de población global resulta que para este término manejan algún rudimento en esta parcela del saber la escasa cantidad de 290 individuos que vienen a representar un 9%. Ni que decir tiene que el otro 91% restante permanecía sumido en las tinieblas de la ignorancia. Es previsible que, del porcentaje que alcanzó alguna habilidad en el tema que nos ocupa, estuviese representado por familias con recursos económicos suficientes. El pueblo permanecía ajeno a todo tipo de instrucción.

Granadilla de Abona

Tercer municipio en importancia según datos poblacionales. Contaba con 3.258 vecinos, 1.515 varones y 1.713 hembras. Tenía en funcionamiento intermitente dos escuelas, una para cada sexo. A ellas asistía una media de 47 estudiantes, unos 32 pupilos a la masculina y 15 escolares a la femenina para un total de 783 previsibles: 391 y 392 según sexos, respectivamente. Estos datos confirman que la población escolarizada alcanzaba a representar la media docena por cada centenar de ellos.

En cuanto al número de personas que dispone de algún nivel de instrucción se detecta que 269 individuos saben leer y escribir, siendo de ellos 206 varones y 63 hembras. Si le añadimos los 58 ciudadanos que leen pero que no escriben, 27 y 31 respectivamente, resulta que 327 personas manejan algún grado de instrucción. Esta afirmación significa que solamente uno de cada diez convecinos dispone de alguna noción dentro de esta materia. El resto se declara analfabeto absoluto.

San Miguel de Abona

Su población alcanzaba las 1.916 almas, 884 varones y 1.032 hembras. En su demarcación funcionaban dos unidades escolares, una para cada sexo, que beneficiaba a unos 150 escolares, 136 de ellos eran niños y el resto niñas. Visto en términos porcentuales, para la población en edad escolar resultó que el 28 por ciento de los varones con opción al aula asistían a clase. Las niñas apenas alcanzaban el 3 por ciento. El total escolarizado rondaba en torno a 30 de cada 100 alumnos posibles. Este municipio ofrece con diferencia los datos más optimistas de todo el territorio. Además, tenían algún nivel de instrucción 300 almas, 250 de ellas leen y escriben, 208 varones y 43 hembras. También el índice de analfabetismo es el más bajo con un 85% del total poblacional, once y cuatro respectivamente por cada cien registrados. Estos datos, aunque muy precarios, son, como se ha sido dicho, los mejores encontrados.

Vilaflor

Este municipio solamente disponía de una escuela que intentaba cubrir las necesidades educativas de 252 escolares, 148 niños y 104 niñas. A esta unidad asistían con cierta regularidad 42 varones y solo 3 hembras. 93 personas manejaban algún nivel de instrucción, 70 hombres y 23 mujeres, para una población total de 1.018 habitantes. De todos ellos 393 varones de 463 y 532 hembras de 555 eran analfabetas, que se correspondería con el 92 y el 96 por ciento, respectivamente. En números globales, su índice de iletrados estaba por encima de la barrera del 94%. Son datos todos ellos bastante preocupantes, aunque con evidente similitud al resto de los distritos.

Arona

Sus dígitos indican que registraba una población de 2.050 personas distribuidas entre 935 varones y 1.113 hembras. Para todos ellos funcionaban dos escuelas, a las que asistían 53 alumnos, 35 niños y el resto niñas. Traducidos estos datos a las necesidades reales de escolarización, resultó que 240 niños y 186 niñas se hallaban exentos de instrucción pública. En términos porcentuales, solo doce de cada cien se hallaba escolarizado. De todos sus habitantes, tenían algún nivel de instrucción 240 almas: 21 varones sabían leer y no escribir y 117 de ellos manejaban ambas herramientas. Para las niñas, 40 y 47, respectivamente también. El índice medio de analfabetos se situaba alrededor del 90%. Solo uno de cada diez registrados manejaba cierta instrucción.

Adeje

Su población estaba censada en 1.367 almas, de ellos 644 eran varones y 723 hembras. Disponía de una sola escuela para varones, al parecer para las niñas, como en algunos otros distritos, estaba vedado el conocimiento, aunque de todas ellas sabían leer y escribir 16 y solo leer 10 más. De los niños 39 podían leer y escribir y una decena podía leer pero no expresarse por medio de la escritura. Siguiendo los datos declarados, a esta escuela asistían con relativa frecuencia una media de 18 estudiantes. Según la anterior expectativa un total de 1.272 adejeros (575 varones y 697 hembras) eran analfabetos, sin conocimiento de instrucción alguna, un panorama muy desolador.

Guía de Isora

En esta época era el municipio más pujante de toda la demarcación. Su población alcanzaba los 3.450 habitantes. Su población en edad escolar era, asimismo, significativamente alta. Tenía 794 jóvenes en edad escolar, 431 eran niños y 363 niñas. Para atender a sus necesidades educativas contó con dos unidades escolares diferenciadas por sexos que atendían a unos 130 alumnos. En esta localidad se da el caso de que los asistentes a las aulas eran mayoritariamente femeninos en una relación de 60 frente a 70 para las niñas. Cantidad exigua si se tiene en cuenta el montante poblacional censado con derecho a un puesto escolar. Sabían leer y escribir 136 muchachos y 70 muchachas. Solo leer 38 y 74, respectivamente. Todos los demás estaban fuera de toda enseñanza reglada. La media de analfabetos se halla en los niveles medios del resto de los ayuntamientos, es decir, que apenas uno de cada diez de sus ciudadanos maneja algún rudimento lectoescritor.

*Periodista. Cronista oficial