De todos los primeros premios de interpretación que ha logrado la murga Los Trapaseros (Los Realejos) en el Norte, y ya van nada más y nada menos que once en 17 participaciones en el concurso comarcal, el logrado en la madrugada del pasado domingo en La Orotava ha sido el menos incontestable. El más apabullante, merecido y colosal (incluso su director lo piensa) tras una actuación que, si bien en Santa Cruz tendría menos encaje, en el Norte simplemente abrió los abismos en comparación con los seis grupos que la precedieron, con el mérito que siempre tiene intervenir la última pasada la una de la mañana y, pese a todo, levantar la plaza del Quinto Centenario al final de ambos temas.

Ya desde su entrada y su magnífica puesta en escena a modo de jugadores de rugby de Nueva Zelanda (aunque ellos jugaran la Súper Bowl norteamericana con su disfraz) marcaron distancias siderales en voces, fuerza coral, contracantos y conjunción, quizás sólo con Tiralenguas a la zaga en estos aspectos y con algunas partes del solista que no se entendieron porque los demás le pisaban. Desde su primer tema, su manifiesta superioridad (confirmaron su condición de Bambones norteños; de hecho, su director musical sigue colaborando con ellos), esa superioridad se evidenció con una puesta en escena digna de los espectáculos murgueros de Santa Cruz de los 80. Convertidos en héroes anticrisis, regalaron una letra merecedora del Premio Criticón con momentos estelares que hicieron recordar el "peón que te pilla el paro" de Singuangos del año 85, aunque en este caso con personajes como el "Euribor", la "Hipoteca" y "Hacienda" persiguiendo y finalmente atrapando a la "Nómina": simplemente genial. No obstante, la segunda tuvo tramos aún más brillantes. Es cierto que algunos contenidos de ambas canciones eran mejorables y hasta cometieron errores evitables, ya que, por ejemplo, el alcalde orotavense nunca ha cobrado sueldo por su cargo (comisiones y dietas sí), por lo que no ha podido subírselo en esta etapa de crisis. Sin embargo, su puesta en escena (encima y debajo del escenario), con el mayor número de actores complementarios a la murga que se recuerda en el Norte, su idea del velatorio y de las mujeres que acuden a todos los entierros por deporte, los elementos del decorado (tumbas, lápidas, sillones de tanatorio, caja de muerto y fallecido incluido y revivido luego), así como la conjunción y coordinación total de la parodia con la murga y el éxtasis final con los muertos vivientes (Michael Jackson se sentiría honrado: ¡qué coreografía de las chicas!), pasarán a la historia del concurso y engalanaron una letra muy crítica y trenzada. Si alguien discute el premio es que se equivocó de sistema solar.

De forma merecida, aunque a una distancia considerable, Tiralenguas (Icod) se hizo con el segundo premio. En voces, selección musical y fuerza mantuvieron su alto nivel, pero aflojaron con los contenidos. Su primer tema fue el mejor, con un vudú (a lo Triqui, pero con un único y gran muñeco al que le clavaron diversas agujas) con el que hicieron continuas, tópicas y flojas alusiones a Las Palmas. Una canción irregular que tuvo un momento estelar al criticar el retraso del hospital del Norte y en la que fueron implacables con Zapatero. En la segunda, y convertidos en Tarzán, se perdieron en su búsqueda del humor, aunque al público le gustaron algunos puntos. Excesivos y, en parte, pobres juegos con el plano sexual, incluso con tintes homófonos y de nuevo architópicos con Las Palmas. No se entendió el principio porque se pisaron, sobresalió la alusión al alcalde icodense como el león de la selva ("que primero ruge y luego te huele el...") y a Isabel García (PP) como la mona Chita, pero, por lo demás, un fallido intento humorístico.

A diferencia de otros años, Cascarrabias (Puerto de la Cruz) se preparó en esta edición cuatro temas y eso le fue reconocido por el jurado con el tercer premio. Confirmaron desde su entrada su notable mejoría en voces, conjunción y juegos corales (aparte de su piña e ilusión como murga), regalando un primer tema crítico con mucha fuerza en el que dieron caña, con razón, a este periódico. Eso sí, insistimos (y ya rectificamos lo antes que pudimos el año pasado) que lo que ocurrió fue un simple (aunque lamentable) error de trascripción sin ninguna mala intención: donde debía decir Puertopotras (que criticaron en 2008 a Trapaseros por recurrir al director musical de Bambones) se puso Cascarrabias. Sólo eso; sin más, sin desinformación, aunque se provocara confusión. Reiteramos nuestras más sinceras disculpas, aunque matizamos que este periódico no se "fue a tomar un cortado" cuando ellos cantaron. Por lo demás, tema digno complementado luego con uno más flojo en el que trataron de hacer reír convertidos en flamencos, guitarras incluidas. Algunos pasajes meritorios, pero no conectaron lo que esperaban con el público. Lo curioso es que su mejor tema, el centrado en el Puerto, lo cantaron en la fase. Aun así, felicidades por su evidente mejoría.

Irónicos (Los Realejos) se estrelló. Tienen calidad musical, coral, temática, argumental, se notan sus 70 componentes y este año elaboraron por primera vez cuatro canciones por participar en Santa Cruz. Sin embargo, hicieron un endeble tema humorístico en el que, en plan detectives, trataban de descubrir quién es quién. La idea prometía y comenzó bien, pero se fue diluyendo y apenas hizo reír. Su segundo, aunque inferior al de violencia de género del 2007 y al de inmigración del año anterior, les devolvió su esencia al hacer un diagnóstico en buena parte acertado de la desidia administrativa hacia la educación pública en Canarias en favor de la privada. Lo de los barrancos recordó a tratamientos similares en el Norte y Santa Cruz, destacó el uso de Juan Luis Guerra con sus "500 años después" y la canción tenía carne de Criticón. No obstante, hubo tramos mal hilvanados y en parte forzados. Sin duda, lo peor fue que, pese a que muchas murgas suben a niños con el disfraz en plan mascota, recurrieran a cuatro menores de corta edad para rematar el tema como si estuvieran sentados en clase. No era necesario y a mucha gente le chirrió. De todos modos, pudieron ser terceros, si bien se esperaba mucho más de ellos.

El Premio Criticón, en cuya deliberación no participó este periódico, sorprendió en parte y fue para Las Apresuradas (La Orotava) por su excelente canción convertidas en nubes, que ya destacó EL DÍA tras interpretarlo en la fase. Aunque ese galardón mediático pudo ser para Trapaseros por el "Anticrisis" e "Hipertino", siempre es de agradecer que se premie tratamientos tan acertados sobre la inmigración y la violencia de género. Enhorabuena, si bien su tema inédito y de pretendido humor en la final fue de lo peor de esa noche: desafinadísimas y sin que se entendiera gran parte. De todas formas, mucho mérito por ser sólo 25.

Puertopotras confirmó su retroceso este año. Repitieron "De patera show", canción que, entre otras, lanza duras críticas a una TV local (con una pancarta en la que se leía "los perros ladran, señal de que cabalgamos"). Luego desplegaron "La negrita show", con algunos puntos buenos (como la piscina portuense como estanque, al reclamar el puerto ya y al censurar que no se hagan infraestructuras en el Norte). Sin embargo, desafinaron por momentos, la inteligibilidad fue baja, la letra se apretaba en diversas fases y el hilo argumental era flojo en muchas partes.

Las Risilocas (Icod) repitieron un tema de fase centrado en Icod y luego regalaron una canción digna, bien interpretada y con críticas argumentadas a la Ley de Costas (aunque es una normativa nacional, y no regional), al anillo insular y a las llamadas desde el Ayuntamiento orotavense al programa de TV "Quiero ser como Pepe". No desentonaron y confirmaron su condición de referente entre las femeninas.

El primer premio de presentación fue para Puertopotras, el segundo para Irónicos y el tercero para Pizzicatos. La fiesta final de Trapaseros resultó apoteósica.