La figura y la vinculación del general chicharrero Leopoldo O''Donnell con la capital tinerfeña serán exaltadas por uno de sus parientes, Hugo O''Donnell -descendiente del mayor de sus sobrinos, ya que el general contrajo matrimonio con Manuela y no tuvo hijos-, en el transcurso de la conferencia que dará, en el Salón de Plenos del Ayuntamiento, el día 27 de mayo, a las 20:30 horas, con motivo de la celebración de la efeméride del bicentenario del general Leopoldo O''Donnell, duque de Tetuán, y el 150 aniversario de la concesión del título de Ciudad a Santa Cruz de Santiago de Tenerife -29 de mayo de 1859- .

Hugo O''Donnell nació en 1948, en Madrid, estudió Derecho, pero siente una gran afición por la historia, con la cual ha cosechado varios premios, entre los que está el Nacional de Historia y el de Santa Cruz de Marcenado, que concede el Rey a la persona más destacada dentro del marco de la Historia Militar.

Actualmente es miembro de número de la Real Academia de la Historia, una forma de reconocimiento a su afición a la historia y al origen de sus ilustres apellidos. De hecho, dice que "interesarme por la historia de la familia me ha llevado a hacerlo también por la de España".

El descendiente del general chicharrero cree que ha sido una decisión muy acertada por parte del ayuntamiento de Santa Cruz el unir ambas fechas. Ambas efemérides tienen que ver porque fue don Leopoldo O''Donnell, nacido en Santa Cruz, quien logró esta concesión dentro de una línea muy caracterizada de su política que era contraria a la división provincial.

Acierto del ayuntamiento

Apunta Hugo O''Donnell que Marcos Guimerá Peraza estuvo acertado al denominar la situación existente en las islas como "pleito insular" y que tuvo una doble faceta. En un primer lugar, "se quiso la capitalidad para Las Palmas por ser más antigua y con más título, pero cuando esa política fracasó, se optó por conseguir la capitalidad para Las Palmas aunque fuera fraccionada para dividir lo que antes fuera una provincia única de Canarias, pero a la larga Santa Cruz de Tenerife salió triunfante de esta lid", recuerda el historiador.

"Siempre se habló de Leopoldo en casa, ya que murió en 1867 sin descendencia", dice Hugo O''Donnell, que lo sucede honoríficamente como duque de Tetuán porque don Leopoldo fue el primer duque de Tetuán y Hugo O''Donnell es el VII, ya que desciende del mayor de sus sobrinos. Asimismo, Leopoldo O''Donnell también fue conde de Lucena, título conseguido tras su intervención en la primera Guerra Carlista de 1833 como comandante y que termina en 1840 como teniente general ofreciéndosele ser capitán general, cargo que rechaza por creer que es demasiado joven para tal merecimiento. Hugo O''Donnell también ostentó el título de conde de Lucena, que hace dos años se lo cedió a su hijo menor, Alfonso. Leopoldo fue el único militar que consiguió vencer a los carlistas, hasta entonces imbatidos, y por ello le concedieron el título de conde de Lucena.

De los cuatro hijos del pariente de Leopoldo O''Donnell, tres de ellos varones, "todos han mostrado interés por conocer la historia de la familia porque están muy orgullosos. Don Leopoldo es un personaje muy atractivo para nuestra época, ya que ahora todos tendemos a ser un poco extremistas".

"En la actualidad, la política de Leopoldo O''Donnell no podría cogerse por ninguna parte, pero fue un hombre enormemente moderado. Siempre buscaba el consenso. Procuraba la unión entre progresistas y liberales en un partido de centro". Así, el historiador reconoce que "ser un hombre de centro sería lo ideal, aunque es un tanto difícil. Todos deberíamos tender a serlo, no en el sentido político sino en el sentido dialogante del término para llegar a un acuerdo general. Todas las opiniones son válidas y deberíamos llegar a un punto de encuentro para que todos podamos participar en la gobernabilidad del país", dice.

Santa Cruz en el corazón

"He visitado en numerosas ocasiones Santa Cruz de Tenerife y, pese a que no he nacido ahí, me siento chicharrero. Siempre he estado vinculado a la trayectoria histórica de Santa Cruz de Tenerife", ya que, para el pariente de Leopoldo O''Donnell, "es una ciudad que se ha hecho a sí misma. Es una ciudad históricamente moderna que nace como una capital militar porque estratégicamente era el lugar que le correspondía y en torno a esa concepción castrense elabora su histórico pasado con la derrota de Nelson y su patriotismo -sucesos de 1808 cuando Santa Cruz se subleva contra la idea de depender de un gobierno intruso como el de José Napoleón-".

A partir de entonces, Santa Cruz "mantiene sus derechos adquiridos con tanto esfuerzo y defiende su capitalidad cuando se crea la división provincial en tiempos de las Cortes de Cádiz, asumiendo la capitalidad de la provincia. La partición provincial es una división política que no tiene por qué seguir criterios ni tradicionales ni de otro tipo. Se crea una división de España de tipo político. Se eligió Santa Cruz como capital de provincia por muchos motivos frente a Las Palmas". Para el historiador, "el actual modelo de tener dos sedes del parlamento (...) se ha hecho con la mejor voluntad para contentar a todo el mundo. No sé si se habrá conseguido. Espero que la solución adoptada sirva para ver a Canarias como una sola", dijo.

"La piedra del Rey"

Hugo O''Donnell recuerda que el busto a su pariente se llegó a denominar la "piedra del Rey" porque con motivo de la visita de Alfonso XIII se empezó a hacer el monumento y allí quedó. Lo cierto es que, originariamente, el busto del general O''Donnell debía ir ubicado en la actual plaza de Los Patos, pero se inaugurará el día 29 de mayo en el parque García Sanabria.

"En mi conferencia parto de la base de que el título de ciudad de Santa Cruz es un punto más, una forma de remachar que se eligiera como la capital de Canarias para cerrar bocas", dijo, al tiempo que resaltó que, "realmente, la vida es lo que hace el carácter. Leopoldo O''Donnell fue un hombre forjado en el infortunio que, con cinco años, acompañó a su madre andando hasta la frontera francesa para despedir a su padre, que estaba preso. La guerra carlista supuso un gran reconocimiento para él, pero, al mismo tiempo, es una parte triste de su vida, ya que mueren dos de sus hermanos, su cuñado y su primo e íntimo amigo, que se llamaba Leopoldo O''Donnell Dubois y que fallece trágicamente".

Leopoldo fue hijo de Carlos O''Donnell, teniente del Rey de la plaza de Santa Cruz -es decir, gobernador militar-. "Carlos O''Donnell fue protagonista excepcional de los sucesos de 1808 y Leopoldo O''Donnell mama el pleito desde la niñez y lo interpreta a su manera", dice.

El general era muy simpático. Era físicamente "muy poco español por su aspecto físico, ya que era muy alto, rubio y de ojos azules", y según Benito Pérez Galdós, "era zancarrón". Además, Hugo O''Donnell dice que "solía peinarse hacia la sien izquierda como era costumbre y tenía un pequeño bigotito. Vivió muy parcamente, sin aprovecharse de malversar fondos. Era un hombre extremadamente moderado y muy discreto en su apariencia. Vivió y murió pobre".

También reconoce que en su casa guarda recuerdos como "un mechón de pelo" como reliquia histórica y algunos otros como cartas personales y que ha ido incrementado con adquisiciones posteriores. Leopoldo O''Donnell contrajo matrimonio con una viuda, a la que fue fiel "pese a que su familia no estuvo de acuerdo con dicho matrimonio", y el propio Pérez Galdós le criticaba que "siempre la ponía en la niña de sus ojos azules".