Pasan desapercibidos la mayoría de las veces, pero casi siempre basta con levantar la mirada para verlos actuar. Son operarios en altura o en vertical que, aunque trabajan tanto en la esfera de lo privado como en lo público, han tenido mucho que ver con la rehabilitación de buena parte del Patrimonio de ciudades como Santa Cruz, además de haber participado en la reforma exterior de edificios emblemáticos cuya lista es larga: Subdelegación del Gobierno, parque cultural Viera y Clavijo, Cine Víctor, teatro Guimerá, Ayuntamiento de Santa Cruz...

EL DÍA dialogó con el Jefe de Obra y relaciones públicas de la empresa Fachadas Dimurol, Nicolás Ortega Ballester, quien desveló sus orígenes: "Mi hermano y gerente, David Ortega, comenzó a principios de los noventa con la eliminación de grafitti a través del sistema de chorreo de arena en las fachadas. Al año llegó el cambio, con el primer presupuesto importante para rehabilitar el exterior del hotel La Chiripa en el Puerto de la Cruz y luego el edificio de Alcampo en La Laguna. Eso fue hace unos 17 ó 18 años".

En la capital tinerfeña.- Aunque también han trabajado en otros municipios como La Laguna, donde rehabilitaron el teatro Leal, la mayor parte de su tarea se ha desarrollado en la capital tinerfeña. Nicolás recuerda, por ejemplo, "el trabajo en las cuatro esquinas entre las calles de El Pilar y Suárez Guerra, en los inmuebles de Viajes Ecuador o el anexo a Galerías Preciados. Y muy cerca, también en El Pilar, la antigua fábrica de tabacos La Lucha".

La empresa, por su especialización en fachadas, se ha convertido en fundamental para los edificios catalogados. Así han estado, casi siempre como subcontratas de otras empresas o instituciones públicas, en los edificios ya mencionados o, por ejemplo, en el Cuartel de San Carlos antes de la paralización de trabajos en el recinto hace ya muchos meses. También han acometido, a través de los ayuntamientos, la reforma de fachadas en barrios como El Prix (Tacoronte) o San Matías (La Laguna).

En la plantilla de Fachadas Dimurol hay 16 trabajadores especializados en labores verticales o en altura para lo que se precisa, explica el portavoz, "una titulación o una experiencia que lo acredite".

Nicolás Ortega evalúa Santa Cruz como "una ciudad en la que los exteriores de los edificios están muy mal, en líneas generales, hay muy poca conciencia de la necesidad de conservarlos y de restaurarlos cuando llega su momento. Hay que concienciar a la gente de que parte fundamental del valor del inmueble lo da la imagen de su fachada; es algo clave".

Nicolás ha recorrido buena parte de España o ha salido al extranjero para formarse y compara la capital tinerfeña con una ciudad de características muy similares como es Santander. Al respecto aclara: "En ambas bate directamente el mar, pero la conservación de las fachadas es mucho mejor allí que aquí y no creo que sea por cuestiones técnicas porque tenemos los recursos y los conocimientos. Esta isla tiene los mejores paisajes del mundo pr su diversidad, pero pienso que nos falla la ciudad, la trama urbana. Hay edificios preciosos, pero dejados de la mano de Dios. Debemos analizar qué se tiene que rehabilitar o reformar en los inmuebles antiguos y más en estos tiempos de crisis. En este campo hay mucho trabajo y podría ser una salida para activar la economía. El sector de la rehabilitación de edificios, siempre, por supuesto, con personal cualificado, creo que tiene mucho futuro".

Hay que rehabilitar.- Nicolás Ortega insiste: "Hay que rehabilitar las fachadas porque sufren un desgaste constante y tienen fecha de caducidad, más en sitios como Santa Cruz con cambios bruscos de climatología. Ha habido casos estos últimos días de caídas de cascotes en distintos puntos de la ciudad como la calle Suárez Guerra o la avenida de Venezuela y hace unos años se produjo una tragedia con la muerte de un bebé en la calle Felipe Pedrell de La Cruz del Señor. No se puede llegar nunca a esos límites".

Para el representante de Fachadas Dimurol "colocar una malla es algo necesario en el primer momento, pero siempre de manera preventiva y provisional porque hay que afrontar la rehabilitación en profundidad. Y cuando pasen los años volver a tratar la fachada porque la piedra es un elemento natural que sufre desgaste. Cuando rehabilitamos un edificio que lleva años muy mal es una enorme satisfacción para nosotros. Agradezco a mi hermano David que me haya introducido en este oficio fascinante".

No quiso terminar Nicolás Ortega sin "agradecer a todos los compañeros su esfuerzo y trabajo. Nosotros somos especialistas en el acabado de hormigón visto, un sistema muy apreciado por los arquitectos. Sólo lo podemos conseguir porque contamos con uno de las grandes rehabilitadores en hormigón, un auténtico artista, como es José Quintero Regalado".