El año 2009 ha sido especialmente duro para el sector comercial de Las Ramblas, con una incidencia especial en el tramo que va desde la plaza de La Paz hasta el puente Zurita, donde prácticamente han cerrado más de la mitad de los negocios de la avenida de Canarias, antigua General Mola.

Si bien en Rambla Pulido se pueden observar varios carteles de se alquila, se vende o traspasa, los negocios que se mantienen en pie capean el temporal económico y las peores previsiones de la actual coyuntura, pero es en la avenida de Canarias donde la situación es más acuciante, ya que en parte de la vertiente izquierda de la vía, en sentido ascendente, están cerrados o a punto de hacerlo la mayoría de sus negocios, dejando un rastro de escaparates abandonados y carteles para su posible alquiler.

Un frente común.- Cuando se comenta con los empresarios de la zona esta realidad, en la mayoría de los casos el sentimiento que expresan es de "pena", pues en los últimos años han dejado de formar parte del paisaje de esta céntrica vía negocios de una amplia tradición o aquellos que han querido emprender la aventura comercial, pero cuyos proyectos han sido tirados por tierra por la feroz crisis económica.

Entre quienes aún acuden cada día para abrir sus puertas, el argumento más esgrimido para arrojar alguna luz sobre las causas de la actual decadencia es "la puesta en marcha del tranvía", ya que consideran que su trazado ha eliminado los aparcamientos o la posibilidad de hacer paradas para retirar mercancías de los negocios, al margen de analizar el grado de beneficio que imprime la ubicación de las paradas de este medio de transporte.

Sucumbir a la crisis.- Francisco López de Vergara es el propietario del Centro Fotográfico, negocio desde el cual ha podido comprobar la evolución de la avenida de Canarias en las tres últimas décadas. Dice que la situación económica del último año es una de las causas de los cierres, "al margen de los elevados precios del alquiler, ya que muchos no han podido mantener el nivel y han tenido que claudicar. En mi caso, el local es mío, pero aún así, no compensa. La gente no se ha creído todavía lo de la crisis", asegura, "y es la peor que he vivido, sin duda".

El valor de la fidelidad.- La barbería Aries no ha padecido las consecuencias de la situación económica, pues siempre ha mantenido la fidelidad de su clientela, aunque sus propietarios creen que "el tranvía, que es un medio de transporte fabuloso y resulta beneficioso para los vecinos, no lo es para los comerciantes, porque hasta la Cruz del Señor es increíble los efectos que ha causado; algo que se ha sumado a la crisis económica, por lo que en nuestro entorno se desmorona todo. Son las dos visiones del medio de transporte, pero hay que mencionarlas".

Un observatorio de la caída.- Otro de los negocios arraigados en la avenida de Canarias, la carnicería Casa Daniel, que lleva más de 45 años implantada cerca del puente Zurita, es un magnífico observatorio por su ubicación estratégica en una esquina, desde donde se ha comprobado cómo han ido cerrando todos los negocios en el último año y medio. "Es algo que nos genera mucha tristeza, porque es la vida de muchas familias", confiesan Daniel e Isabel, propietarios del local, quienes afirman que "hemos escapado porque mantenemos nuestra calidad y la fidelidad de los clientes".

Reclamos fosforescentes.- A lo largo de Rambla de Pulido y avenida de Canarias, los carteles con los números de teléfono de particulares e inmobiliarias que buscan una segunda oportunidad para los negocios cerrados, resaltan con sus llamativos colores fosforecentes, hasta el punto de que aún hay negocios que permanecen abiertos pero que lucen en su escapare el cartel de se traspasa. Este es el caso de la tienda Koquetas, cuya propietaria, Belli, asegura que "es por motivos personales", pero no oculta que los efectos sobre la realidad que la rodea "son una consecuencia de la puesta en marcha del tranvía y la crisis, pues quien tiene la parada cerca se ve más beneficiado, ya que en el tramo de la avenida de Canarias, donde no para este medio de transporte, han cerrado casi todos".

En el peor momento.- Francisco Javier quiso implantar en este espacio céntrico de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife un pequeño bar con el acento de su tierra andaluza, que denomina "De Cai al Rocío", una aventura empresarial que emprendió en plena crisis económica, y que ahora intenta solventar y llevar a buen puerto "a pesar de los impuestos y de que la gente consume menos", al margen de que "el cierre de tanto comercio en mi entorno me perjudica, porque he perdido clientes".

Ausencia de incentivos.- Isauro Abreu es un representante vecinal de la zona de Las Ramblas, impulsor de numerosas causas en defensa y revitalización de este espacio, quien se aventura a remontar a finales de la década de los 80 parte de la pérdida de actividad y rentabilidad de estos comercios. "He podido comprobar a lo largo de toda la Rambla de Pulido, hablando con los responsables de los comercios, que no tienen un gran volumen de negocio", explica Abreu, quien cree que "tras las obras del tranvía no pudieron recuperar a su clientela". Además, este responsable vecinal augura que la solución a las carencias de esta zona "no se solventarán en breve, pues hay una carencia de aparcamientos y, al parecer, no se construirán los previstos en Duggi ni los de la plaza de Toros".

Isauro Abreu comenta que, al quedar un solo carril de subida por Rambla de Pulido y avenida de Canarias, "los clientes no pueden parar ni para coger lo que han adquirido en los comercios, lo que redunda en que la gente se traslade a otras zonas". Añade que "perdieron atractivo por el traslado del paso de la cabalgata de Reyes y Carnaval. La zona necesita más actividad cultural para reactivarse".

Sin relevo generacional.- El análisis de Natalia Sureda, de la Casa de la Guitarra, está más relacionado con las sucesiones en los negocios, pues entiende, después de 50 años trabajando, que "el origen de muchos cierres es la falta de continuidad de las terceras generaciones. Son personas más formadas, con sus carreras terminadas y desisten a entrar en un comercio". No comparte las posiciones expuestas desde Zona Rambla, pues "el sentimiento mayoritario es que el tranvía ha afectado y nuestro futuro son las tiendas con exclusivas, que somos las que todavía nos mantenemos en pie".