Las comparaciones son odiosas y, casi siempre, incompletas. Sin embargo, establecer ciertos paralelismos no deja de ser una forma de intentar arrojar algo de luz sobre determinados hechos casi inexplicables. El misterio de la portavocía municipal del PP en el Ayuntamiento de Santa Cruz es uno de ellos y su última víctima, el autoproclamado "próximo alcalde de Santa Cruz" Ángel Llanos.

La caída en desgracia del "pibe de Ofra" comenzó cuando sus altos índices de popularidad empezaron a poner nerviosa a CC y, además, no supo estar callado cuando la ocasión lo requería. Lo de tildar de "imputado" a su socio de gobierno, el alcalde Miguel Zerolo, fue la gota que colmó el vaso y la excusa perfecta para cesarlo de sus cargos por pérdida de confianza y poner fin así a una relación siempre marcada por la desconfianza.

Aquí comienzan los paralelismos con Guillermo Guigou (actual portavoz de Ciudadanos de Santa Cruz), aunque él se niegue a aceptar que se diga que la historia se repite. En las elecciones municipales de 1995 encabezó la lista del PP por Santa Cruz en competencia con Manuel Hermoso y Miguel Zerolo por CC. Sacó diez concejales frente a los once de los nacionalistas, por lo que contó con opciones para gobernar con otros partidos (el PSC de José Vicente González, Carlos Sierra, Herminia Gil y Jorge García Prieto, o la IU de Ariosto Hernández y Antonio Cova). También Llanos pudo pactar con el PSC y Ciudadanos para desbancar a Miguel Zerolo.

Pero CC y PP forman un matrimonio de conveniencia permanente que seguirá existiendo hasta que los ciudadanos decidan que entre ellos dejen de sumar al menos 14 actas de concejal y, finalmente, se consumó el pacto. Pese a todo, las relaciones de Guigou con Zerolo nunca fueron buenas, al igual que le ocurrió a Ángel Llanos, por lo que se precipitó el cambio en la portavocía popular.

Eso sí, las cosas esta vez fueron más complicadas porque hace quince años sólo hizo falta que Miguel Zerolo (sí también él) amenazara con romper el pacto con el PP para que le dieran carpetazo a Guillermo Guigou y, por aquello de que no se note demasiado, un nuevo destino como director general de Drogodependencias del Gobierno de Canarias. Como es sabido, seis años más tarde Guigou (siendo presidente insular) se dio de baja del partido y comenzó su periplo por PNC, hasta que fundó Ciudadanos de Santa Cruz.

Sin embargo, esta vez la dirección del PP dejó algo más de margen y permitió que los seis concejales populares renunciaran a sus áreas de gobierno tras el cese de su portavoz, Ángel Llanos, como primer teniente de alcalde y concejal de Economía y Hacienda por pérdida de confianza. El margen duró "lo que duran dos peces de hielo en un güisqui on the rocks" como cantara Joaquín Sabina. Siete meses fue tiempo más que suficiente para que la dirección insular del PP se hartara del sabor amargo de la oposición y prefiriera volver a probar las mieles del cogobierno, verbigracia de la presidenta insular, Cristina Tavío.

Dicen sus opositores políticos que a Llanos lo perdió su ambición personal, su arrogancia y, sobre todo, su poca inteligencia política en determinadas ocasiones, como cuando osó enfrentarse a Tavío por la dirección insular del partido sin tenerlo todo debidamente atado.

También Guigou (continúan las similitudes) tiene fama de problemático, precisamente, por decir siempre lo que piensa y no tener el suficiente talante negociador. Pese a ello, Llanos tiene la virtud de sacarle el máximo partido posible a las áreas de las que se hace cargo, aunque, seguramente, con la Sociedad de Desarrollo lo tuvo más fácil que con la OMIC y Recursos Humanos.

También Guigou tiene la cualidad de ser un superviviente político con, incluso, posibilidades, en su momento, de convertirse en la llave del gobierno municipal. Habrá que ver cuánto tiempo sigue siendo el Partido Popular el apoyo de CC para saber cuánto más podrán parecerse las carreras políticas de Llanos y Guigou.