ME NIEGO a hablar de las impresentables decisiones y andanzas del presidente Zapatero, entre otras razones porque es un líder políticamente agónico (¿acaso lo fue alguna vez?), pero es que tampoco se salva el poco convincente líder de la oposición (¿acaso lo será alguna vez?). De modo que entre la recesión de una porción del pulmón de nuestro Rey, felizmente ya recuperado, y la temática local, prefiero esta última.

Conocía ya la noticia que el pasado lunes se publicó en estas páginas referente a la nueva ubicación del polémico monumento a la Gesta, y que irónicamente podríamos denominarlo "a la gestación", dado el previsible estado de alumbramiento de la embarazada que esculpió el cubano-canarión Manuel Santana Bethencourt, y que a mi juicio (y de otros muchos) no es representativo de los hechos históricos del pasado. El premio Canarias 2008 a las Bellas Artes lo decidió así para vendernos una reproducción de su escultura de menor tamaño, denominada "La protesta", que creó en 1983. Muy a diferencia de su otra obra "Atis Tirma", que, como dije en mi anterior comentario, sí refleja el significado de la tragedia de Ansite y la muerte, antes que la rendición, del valeroso Bentejui y el viejo faycán de Telde, Tazarte, arrojándose ambos al precipicio desde una roca de Ansite.

Según los datos que poseo, volviendo a nuestra poco alusiva alegoría, la obra arquitectónica costó la friolera de 20 millones de las antiguas pesetas, mientras que la escultura en sí y los medallones, 10 millones más. Pues, bien, tengo entendido que la onerosa base tendrá que ser destruida casi en su totalidad y reconstruida de algún modo para ser situada en un lateral de la rambla 25 de Julio, entre la antigua caja de reclutas y la cafetería Orche, en una especie de plazoleta, aún pendiente de construir en el lugar en que figura una pequeña rotonda con una farola isabelina de cuatro brazos; materialmente invadida hoy por vehículos estacionados de forma arbitraria.

Y aunque, en cierta forma, va a estar cerca de las últimas instalaciones históricas militares que se conservan en el centro capitalino, como son Capitanía y el Gobierno Militar, no cabe duda de que su situación estará bastante alejada de los sucesos bélicos callejeros, ocurridos entre la actual plaza de España, la de La Candelaria y todas las calles comprendidas entre la iglesia matriz de La Concepción hasta llegar al teatro Guimerá (antiguo convento de Santo Domingo). Y, por supuesto, si se decidieran por otro lugar, debería estar orientada hacia la bahía, más o menos en dirección a la playa, hoy bajo la avenida de Anaga junto a los cimientos de San Cristóbal. Como esto no va a ser posible, tendremos que conformarnos con esta decisión, siempre que no surja un mecenas, o varios, que busquen un mejor emplazamiento, más cerca del mar.

He vuelto a abundar en este tema, porque he asociado las rectificaciones y los traslados onerosos a ciertas equivocaciones en inmuebles urbanos, en los que, al parecer, nadie se hace responsable de los costos añadidos a la hora de deshacer los entuertos.

Citaba yo, en mi anterior comentario, la metedura de pata efectuada en la desembocadura del barranco de Diego Santos, culpando de todo al puente de El Cabo. Y como no me queda margen, abundo en la pésima entrada al ambulatorio del doctor Guigou. Concretamente junto al mostrador de citas. En principio, el diseño era tan angosto para el personal laboral, que tuvieron que desplazarlo hacia la puerta. Con lo cual, el espacio de espera restante resulta insuficiente para la gente, que demanda a pie firme su turno de atención.

A la carencia de sillas para las personas con problemas físicos, por falta de superficie, hay que añadir que, cuando llueve en invierno o hace mucho sol en verano, la cola que sobresale se moja o se achicharra de forma gratuita. Pues tiene que salir a la calle porque no cabe en la estrechez de la antesala, además de obstruir la entrada y salida a las salas de consulta. Esto sin contar con la estrechez de la escalera a la primera planta, en caso de evacuación por algún imprevisto. Todo un alarde.

Quería hablar del "destape" de la ventilación natural del Guimerá por causa de una equívoca remodelación anterior, pero no tengo espacio. Aunque sí para preguntar si alguien asume su responsabilidad. Lo dudo.

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