La Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Santa Cruz lucha cada día por conservar la riqueza escultórica que poseen las calles de Santa Cruz gracias a las 43 esculturas que formaron parte de las dos ediciones (1973 y 1994) de la Exposición Internacional de Escultura en la calle. Bajo esta premisa, y para fomentar la conservación y mantenimiento de este patrimonio, el Ayuntamiento de Santa Cruz ideó hace poco más de un año la iniciativa "Adopta una escultura", siendo concejal del área de Cultura Ángela Mena, por la que empresas privadas (entre las que colabora el Grupo de Comunicación EL DÍA) se comprometían a ejercer de "mecenas" de una de estas esculturas y abonar entre 4.000 y 8.000 euros para su mantenimiento y conservación.

Sin embargo, un año después y tras la implicación de una treintena de empresas la situación permanece prácticamente igual que antes de acometer los trabajos de limpieza y uno de los principales problemas de los conjuntos escultóricos urbanos continúa siendo la lucha contra los grafiteros.

El tramo de Rambla comprendido entre la esquina con la calle Numancia y la calle Horacio Nelson es un mero ejemplo del vandalismo que se practica contra el patrimonio de la ciudad. Obras como "El guerrero de Goslar", de Henry Moore (su única obra monumental expuesta en un lugar público de España); "Ejecutores y ejecutados", de Xavier Corberó; "Nivel", de Joaquín Rubio Camín o "Lorea", de Ricardo Ugarte (la primera escultura en ser rehabilitada con capital privado) lucen llenas de grafitis, un mal endémico que se extiende también al mobiliario urbano de la zona o a los tradicionales quioscos de la Rambla.

De esta forma, la labor de las diferentes empresas que han firmado convenios con el ayuntamiento para ocuparse de su correspondiente obra durante un periodo de tiempo determinado han caído en saco roto debido, una vez más, a la falta de civismo de la que hacen gala aquellos que no saben apreciar el alto valor del patrimonio escultórico de la ciudad.