El barrio de El Toscal es Bien de Interés Cultural (BIC) desde el año 2007. El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife promovió su protección desde 1989, por entender que era parte de la historia de la ciudad y que merecía ser conservado como tal.

Su origen se remonta al siglo XVIII, aunque gran parte de sus edificios más característicos corresponden al tránsito del siglo XIX al XX. Entre sus estrechas calles pueden encontrarse aún hoy ciudadelas, esos callejones con habitaciones donde vivían las familias que compartían cocina y baño. Estas residencias, que dieron cobijo a la creciente clase obrera en la primera mitad del siglo XX, hoy son casas en ruinas, tapiadas para evitar la entrada de okupas.

Así, El Toscal languidece y se deshabita, de forma que parece más un barrio fantasma que un lugar que se pueda vender a turistas o chicharreros por su valor histórico o artístico.

Carlos Castro, profesor titular de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna (ULL), opina que El Toscal "se puede recuperar siempre que haya una voluntad política y empresarial muy firme para convertir el barrio en otra cosa". Como ejemplo pone otros centros históricos que se han recuperado como zonas de copas o de tiendas o de cultura. Pero para ello "tiene que haber una estrategia", opina.

Asimismo, cree que no pueden ser ajenos a esa estrategia los vecinos del barrio, a los que hay que preguntar qué quieren que sea la zona en la que residen.

"Yo no creo que una política de intervención sea dejarlo como está y no tocar nada", opina este experto.

Sin embargo, los cambios que se han hecho en ocasiones no han sido del agrado de los vecinos. Es el caso de los que viven en el Pasaje de Santiago, colorido, reformado y, sobre todo, habitado. José Francisco García y Corina Guerra explican que el Ayuntamiento de Santa Cruz les pintó las casas, pero que ha habido que volverlas a pintar "un año después" porque la pintura se cuarteó. También arregló las tejas que sobresalían "pero una parte se está cayendo". "Pusieron piedra porosa en el piso y ahora la humedad se nos mete dentro de la casa", añaden.

Al arreglar el suelo del pasaje, el ayuntamiento lo hizo todo del mismo nivel en vez de respetar la pequeña acera que tenía cada lado. El resultado es que ahora cuando llueve el agua no cae a la callecita interior para desaguar, sino que muchas veces se queda junto a los muros de las casas, haciendo que éstas tengan humedad, según explican estos vecinos. "Yo lo hubiera preferido como estaba antes", opina Corina.

En comparación con otros pasajes o ciudadelas, el de Santiago es sin duda uno de los privilegiados.

El aspecto de callejón Señor de las Tribulaciones es muy diferente: casas tapiadas, en estado de ruina, y un sofá abandonado al final del callejón. Y éste es sólo un ejemplo, muchas de las casas de este barrio se encuentran en ruinas, afeando la imagen del barrio y amenazando la seguridad de los vecinos que transitan por ellas.

"Tiene que haber un plan de intervención general para El Toscal", opina el profesor Carlos Castro. "Cuando se determine, a lo mejor es necesario sacrificar algunas casas para crear un área verde, de respiro, porque es un barrio muy angosto, hecho en un determinado momento, cuando lo importante era construir muchas casas porque la ciudad necesitaba crecer. El Toscal era una zona buena y barata para crecer", explica.

Otro problema para recuperar el barrio es la burocracia. Los propietarios de inmuebles que quieren reformar y adaptar las casas tienen que pasar por el Ayuntamiento. Esto no sólo significa dinero, sino también una serie de trámites necesarios y complicados que hacen que los empresarios o particulares desistan. "Tiene que haber una inspección municipal", reconoce Castro, "porque si no cada uno haría la casa conservando en la fachada lo que quisiera". Sin embargo, el hecho de que esta vigilancia no sea ágil "es harina de otro costal".

Para este profesor titular de Historia del Arte de la ULL la agilización de los trámites tiene que ver con "el interés de la administración pública". Así, la agilización de la burocracia supondría que "el patrimonio se pudiera recuperar más rápidamente", opina.

Como ejemplo de una clara voluntad por recuperar y conservar el patrimonio de una ciudad está la vecina ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, donde Triana y Vegueta no sólo se conservan, sino que se han convertido en lugares de tiendas o de ocio con vida propia. "En las zonas de Triana y de Vegueta las intervenciones son excepcionales", menciona el profesor, que considera la situación de estos barrios como el resultado de "un interés muy notorio por recuperar todos los elementos de la ciudad". "Esto no es opinión política, es un hecho", apostilla.

El próximo mes de enero el consistorio ha anunciado que comenzará el Área de Rehabilitación Integral (ARI) de El Toscal, que cuenta con una ficha económica de 2,3 millones. Sin embargo, el consistorio sólo cuenta con 60.000 euros y el 60% del coste de la rehabilitación de las casas tendrán que afrontarlo los propietarios.