VOY a hablarles hoy de dos ilustres familias musicales, familias que con su buen hacer, su prestigio y sus vivencias han honrado a nuestra ciudad, Santa Cruz de Tenerife. Las familias de los Foronda y los Estany. La primera que conocí fue la familia Foronda en su domicilio santacrucero de la calle de Almirante Antequera. Debí de tener mi primer contacto por la década de los cuarenta; avanzada esta. En ese momento mi mayor amistad la hice con Alfonso por aquello de la edad, ya que este era un par de años mayor que yo. Allí estaba yo cada vez que mis estudios me lo permitían cantando al piano. También fue Alfonso el que me acompañó en mi segunda actuación en las emisiones del "gong" de Radio Club Tenerife, que fue la segunda vez que sonó el fatídico sonido. En esta casa casi todo el mundo tocaba el piano. En una ocasión estuve al lado del padre de la familia, que también ejecutaba al piano (ya algo mayor) y que ese día se cantó unas folías. Con Pepe, que aparte de médico tenía las carreras de piano y canto, obtenidas durante sus estudios en la ciudad de Barcelona. Con Emiliano Millán también canté en su casa de Rambla de Pulido. Se me olvidaba decir que con Alfonso también canté en su café habitual de actuación en el Puerto de la Cruz.

Y vayamos ya con mi entrañable amigo Álvaro, que nos dejó el día de la Virgen de Fátima de hace unos años. Para demostrar si había alguna duda de mi profundo amor al Santa Cruz de mi alma, que el día 10 de marzo de 1995 fui jubilado como funcionario civil del Estado, y ese día a las 11 horas (de mi nacimiento) estando en las oficinas municipales de la calle Almirante Antequera causando alta como vecino de la ciudad que me vio nacer hace 65 años. A ese día yo había sido vecino de Arona por imperativo legal. ¿Saben ustedes lo que hice? Entrar en una dulcería de la calle de El Pilar, comprar una hermosa tarta e irme al nº 14 de la calle de Los Molinos, domicilio de Álvaro y su familia, a festejarlo. Siguiendo mi costumbre de grabarlo todo, pronuncié unas sentidas palabras y canté acompañado por Álvaro, canté o al menos lo intenté "La romanza de Leandro", de la zarzuela "La tabernera del puerto". Un bello recuerdo. Creo que la hermana Conchita tenía la carrera de piano. A esta familia la llevo prendida en lo más profundo de mi alma. Cada 13 de mayo telefoneo a su viuda Nievita para recordar al amigo que ya no está entre nosotros.

Y vayamos ya con la familia Estany Cabrera. Casi todo lo que se relacionaba con esta entrañable familia quedó plasmado en mi libro "Luisa Estany, nostalgia de una voz".

La familia vivía en una casa de la calle de Jesús y María, y yo, cada vez que lo permitían mis estudios y don Juan estaba dispuesto, iba a su casa a cantar. Ya relaté que en una ocasión, también en mi primera emisión del "gong" me acompañó don Juan en Radio Club Tenerife. Ese día canté "La romanza de Vidal", de "Luisa Fernanda", y sonó el fatídico aparato. Aún recuerdo dónde estuvo el fallo. A pesar de mis dos cursos de solfeo aprobados al decir aquello de "...y el ideal de mi ambición es que la quiero...", en la última palabra, "quiero", me subí medio tono. El Sr. Ramos Vela, que era implacable, no perdonó. Don Juan también me acompañó en el Hogar del Pensionista de la capital, el nº 1, en otra tarde para el recuerdo.

También, y debió de ser a comienzos del año 1976, canté con el maestro Estany en el bello marco del Círculo de Amistad XII de Enero en un homenaje que dedicaron Los Fregolinos al maestro, que fue su primer director musical. Y nos queda la noche memorable del 26 de febrero de 1966, en el majestuoso escenario del teatro Guimerá; cuando Los Fregolinos rendían justo homenaje a mi recordado amigo el inminente divo Marcos Redondo. Noche memorable para el recuerdo. Esa noche el maestro Estany dirigió con su sabia batuta la orquesta y el coro que contribuyeron a este merecido homenaje. También recuerdo a doña Lola, su fiel esposa, y a todos sus hijos: Luisa, Pepe, Juanito y Montserrat. Mi mayor amistad fue con Luisa y su esposo Luciano, y con Montse. Las dos cantaban muy bien. Las vi actuar juntas en el teatro Baudet, en las zarzuelas "Maruxa" y "Katiuska".

Que este capítulo de una obra que acaba de comenzar sirva de solaz y alegría para estas dos extraordinarias familias y para los que tengan la atención de leerme. Cosas de Santa Cruz.