Un grupo de jóvenes del barrio de El Sobradillo ha asumido la dirección de la comisión de fiestas de este barrio del Distrito Suroeste de la capital, con la intención de recuperar las tradiciones de antaño, convirtiéndolas en eje principal de los festejos, así como incrementar el número de actividades culturales de su programa.

Este colectivo ya ha puesto en marcha una serie de actividades para recaudar fondos, entre ellas una feria celebrada la pasada Navidad en la que se vendieron muchos objetos antiguos, además de camisetas de equipos de primera división firmadas por sus jugadores, entre las que hay muchas figuras de equipos como el Atlético de Madrid o el Real Madrid, así como del Club Deportivo Tenerife, "todo con la intención de volver a los actos de antaño y remontar el calendario de actos tan pobre que se ha venido celebrando en los últimos años", señalan algunos componentes de esta nueva comisión.

Los protagonistas de esta transición señalan que en los últimos años, quizá en la última década, las fiestas del barrio se han ceñido a una procesión, por lo que consideran que se puede ofrecer un calendario festivo más amplio que incorpore tradiciones que ya casi se han perdido.

Pretenden remarcar la realidad de este barrio, con un refuerzo de sus valores etnográficos, con la puesta en marcha de un museo coincidiendo con las fiestas tradicionales, que se celebrarán a principios de septiembre.

Entre las actividades que quieren poner de nuevo en marcha destaca la recuperación de la presencia de los barcos veleros, al margen de que también se pueda contar con verbenas populares, "aprovechando que el barrio está volcado con esta intención".

Esta comisión trabaja ya para que figuras casi al borde de su desaparición en esta ciudad, como son "el barco, la danza de El Sobradillo o la luchada, estén presentes", ya que sus promotores explican que son celebraciones endémicas de esta zona del Suroeste, donde destacan "los barcos arrastrados por dos yuntas de vacas, que consiste en la construcción de un velero sobre una carreta, de una longitud de hasta 8 metros y tres mástiles, con una altura que oscila entre los 8 y hasta los 15 metros".

Esta tradición con aires marineros se debe a que la patrona del barrio es la Virgen del Carmen, y entre las singularidades de estos barcos destaca que sus velas son bordadas artesanalmente, con la figura de la patrona.

Remontándonos en el tiempo, los vecinos recuerdan que el artífice de estos ingenios marineros de tierra adentro era José González, conocido como "Don José La Coja", quien aportaba los materiales y el ganado para que esta carreta con forma de velero cruzara unos terrenos que a mediados de la década del siglo pasado aún estaban destinados al cultivo de la cebada, guisantes o trigo. Las fotos de la época revelan una tripulación ataviada con sus trajes de marinero, incluso se establecían las jerarquías de mando, y cada uno cumplía con su función, al margen del ambiente festivo, con el vigía que debía estar atento a los escasos cables del tendido eléctrico y los posibles roces con el alto velamen.

Para la recuperación de este tipo de barcos, los miembros de la comisión han elaborado un trabajo de campo muy extenso, que ha consistido en consultar a las personas mayores de la zona, porque ellos "son la memoria viva de El Sobradillo, y que los jóvenes ahora nos negamos a perder".