Hace un mes que el parque Viera y Clavijo se abrió, aunque sería más correcto decir que retiraron la valla de obra que supuestamente impedía el acceso al recinto. Sin embargo, dicha apertura no dejó de ser precaria. Un mes después, el espectáculo dentro es desolador. Bancos rotos, papeleras llenas de desperdicios, basura y hojas de palmera por el suelo, vidrios rotos y zonas donde las malas hierbas crecen sin coto.

El problema del estado del recinto no es del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, según aseguran fuentes municipales. Pero, desde la Vicenconsejería de Cultura se precisa que el mantenimiento del jardín es cosa del Consistorio chicharrero, que, de hecho, fue quien les solicitó que quitaran la valla de acceso al parque.

El problema de fondo fue que se paró la obra del edificio, ya que un problema en los cimientos obligaba a realizar un modificado del proyecto que suponía un notable aumento presupuestario. Los recortes de la actual crisis económica han impedido a la Viceconsejería de Cultura continuar las obras. En ellas se preveía el vallado de todo el recinto, añaden.

Como, de cualquier forma, la valla había sido movida y personas y animales "se colaban" en el recinto, se decidió retirar esa valla, que se encontraba en el puente de Asuncionistas. Sin embargo, las puertas de dan a la rambla y a la rotonda de Santo Domingo están cerradas con candado. Ayer sí estaban abiertas otras dos puertas que dan a la calle San Sebastián, donde parece que se ha habilitado una especie de estacionamiento dentro de la parte baja del recinto del Viera y Clavijo.

La Viceconsejería de Cultura explicó que el edificio estaba cerrado y que habían tapiado algunos accesos porque, al parecer, algunos indigentes estaban usando el inmueble en obras para pernoctar.

Apostillan, sin embargo, que el estado del parque es cosa del ayuntamiento. En la parte que puede verse a través de la reja, caminando por el puente, el césped aparece cortado y en buen estado. Pero en los espacios que no pueden verse desde el exterior se observa dejadez y abandono.

Vecinos de la zona con perros utilizan el recinto para sacarlos a pasear, pero esto, también, se hace sin respetar unas reglas mínimas. Los perros usualmente están sueltos, lo que impide al resto de usuarios sin can disfrutar de un paseo o un rato de tranquilidad en el recinto con seguridad.

Además, los animales hacen sus necesidades en el recinto sin que algunos de los dueños se preocupen por recoger los excrementos, como puede percibirse a simple vista en un rápido paseo por el interior del parque Viera y Clavijo de Santa Cruz de Tenerife.