El presidente del Parlamento de Canarias, Antonio Castro, ha aprovechado parte de su pregón para anunciar las Fiestas de Mayo en Santa Cruz de Tenerife para reconocer la labor del alcalde y amigo, Miguel Zerolo, así como despedirle como primer edil al frente del consistorio desde su óptica no sólo de compañero de partido, sino de vecino y ciudadano de Santa Cruz de Tenerife.

"Con Miguel Zerolo Aguilar, compañero de largo recorrido en la política, comparto un valor fijo como la amistad, que anima y obliga a los bien nacidos; fuimos compañeros durante una legislatura en el Consejo de Gobierno de Canarias y luego, desde nuestras respectivas responsabilidades, colaboramos en una empresa que está por encima de los nombres propios y los cargos, que es la de procurar los medios, las infraestructuras y servicios que demandan las comunidades del siglo XXI, las piedras sillares sobre las que se levantan las sociedades más justas, más equilibradas, más solidarias y más cultas", ha señalado el nacionalista que no ha dejado de valorar los aspectos sociales y urbanos de la ciudad.

"Una ciudad, como dijo Rafael Alberti, "es una casa grande en la que todos los habitantes deben buscar y aspirar a mejoras comunes". En ese sentido, Miguel Zerolo --y doy fe por mi experiencia personal-- fue un incansable reivindicador en beneficio de la ciudad que gobernó durante cuatro mandatos. Para ese ejercicio usó todas las herramientas a su alcance: su imaginación, su inteligencia, su cintura política y su implacable persistencia", ha recalcado el presidente de la Cámara regional.

"Sus mandatos al frente del Consistorio tinerfeño, le sitúan en la lista de alcaldes que en una esforzada carrera de relevos, convirtieron un surgidero marítimo, la hermosa bahía a la sombra de la Cordillera de Anaga, en una ciudad próspera y acogedora, abierta a la cultura y a los negocios a través del mar por donde llegó su principal activo para la paz y el progreso", ha añadido en tono sereno en el salón de plenos de la capital tinerfeña.

"Acude a mi memoria una frase de un ejemplar alcalde de Madrid, "el viejo profesor", que, más allá de su ubicación física y de su posición ideológica, afirmó que "llegar a la alcaldía del lugar donde se nace o se reside es el más alto honor que puede ostentar un político", ha señalado ante decenas de santacruceros que no dudaron en aplaudir las palabras de Antonio Castro.

"Estas palabras tienen también carácter de despedida, en cuanto Miguel Zerolo, por decisión propia, orienta su futuro hacia otros derroteros políticos. Tuvo un papel notable en la ciudad que a caballo de los siglos XX y XXI, afrontó el desafío pendiente de la expansión urbana hacia el sur y de la consecución de las infraestructuras capaces, para atender a sus exigencias de desarrollo", ha explicado a los asistentes.

"En ese recorrido y desde la Consejería de Infraestructuras, Transportes y Vivienda del Gobierno de Canarias, tuve oportunidad de trabajar codo con codo con una persona que tenía y que tiene a su pueblo en la cabeza y en el corazón", ha destacado el político palmero que enumeró algunos de los logros de Zerolo.

"Señor Alcalde, gracias como vecino, porque imagino que ese es otro de los motivos por los que esta tarde estoy aquí, abrumado por la magnitud del encargo y con el íntimo deseo de que mis palabras lleguen, con su sinceridad, a los sentimientos de quienes con tanta amabilidad me siguen", ha subrayado Castro que llenó su discurso de palabras nobles de gente presente en la historia de Santa Cruz y de la política .

DE LOS ESCOLAPIOS AL PARLAMENTO

Castro también aprovechó la sede noble del palacio municipal para recapitular su vida entre las calles de la ciudad desde que llegar como estudiante hasta su presencia como inquilino de la casa de Teobaldo Power, 7.

"Entre mis mejores recuerdos de infancia están la primera imagen de la capital; la vista al amanecer, desde el mar, de una bahía abierta que parecía, como una persona, abrazar al correíllo en el que viajaba, escoltado a distancia por los peces voladores". "Aquella llegada, grabada en el corazón y la memoria, era como nacer otra vez en un sitio nuevo, hermoso y diferente. Y los siete años del Bachillerato que estudié en los Escolapios, sirvieron para adquirir, junto a la formación elemental y definir mi vocación profesional, para ganar los primeros amigos que, aún hoy, me trasladan a esa etapa inolvidable de la adolescencia que me afilió para siempre a este lugar", ha evocado Antonio Castro que ha desgranado los detalles de cada rincón donde ahora ejerce como político.

"En esta noble ciudad, que un año más abre sus fiestas en honor de la Santa Cruz, se cumplen con precisión meridiana todas estas metáforas del tiempo y como factor decisivo de sus logros, el protagonismo del pueblo por encima de los nombres propios que lo sirven y ennoblecen. El pueblo es el que refleja, en la aventura de vivir cada día y en los momentos estelares, el verdadero talante de una colectividad humana diferenciada", ha señalado en un discurso en el que agradeció ocupar la tribuna por la que tantos otras "notables personalidades" han pasado.