El pueblo de Las Moraditas, uno de los enclaves más populares del Santa Cruz actual, ha sufrido una importante transformación con un programa de actuaciones de bajo coste (algo más de 22.000 euros) que han respondido a las demandas vecinales. En este sentido, las obras se han llevado a cabo bajo la batuta del Distrito Ofra-Costa Sur que dirige Dámaso Arteaga, el también concejal de Obras y Servicios.

El pasado 25 de julio, en las páginas de EL DÍA, la AAVV Nueva Moraditas denunció las carencias del barrio existentes desde hace ya unos años y expuso las demandas para mejorar la vida de los vecinos. La realidad es que cinco meses después, Las Moraditas ha sufrido una transformación gracias a la ejecución de obras pequeñas incluidas en un proyecto general que se pretende que se desarrolle en cada uno de los barrios de la ciudad.

Entrada al barrio.- En este sentido, una de las grandes demandas del pueblo era adecuar la entrada, un paso obligatorio que se había convertido en peligroso para los peatones por las escasas medidas de seguridad existentes.

Ahora, el margen izquierdo de la entrada del pueblo, que se encuentra situada a la altura de la incorporación de la autopista TF-5, cuenta con una nueva doble barrera de seguridad o bionda a lo largo de todo su recorrido y por encima de la farmacia, que aísla el paso de la calzada por donde transitan los vehículos. Este paso había levantado el temor por parte de los vecinos, "algo que ahora se ha corregido", dijo Arteaga, que realizó una visita a la zona para hacer un seguimiento de las actuaciones.

También ha desaparecido la antigua caseta de la parada de furgones abandonada que servía de refugio de actividades poco recomendables, una preocupación de todos los padres que siempre han llevado a sus hijos a la plaza para pasar las tardes.

Plaza de Las Moraditas.- La plaza de Las Moraditas ya cuenta desde ayer con el parque infantil demandado por los vecinos, que ya habían mostrado su disconformidad con los tres módulos que existían en la plaza y que también ayer los operarios quitaron.

Por otra parte, se ha colocado un guardia muerto a la altura de la plaza para evitar las altas velocidades en la calle Chafira. Éste precede a un nuevo paso de peatones demandado para cruzar la calle, por encima de la popular Zumería Las Moraditas, otra de las demandas.

Otra cosa es el bajo de la plaza, el aparcamiento que nunca se ha utilizado y que desde hace ya 18 años los vecinos demandan que se utilice para oficinas sociales. En este sentido, según Arteaga, habrá proyecto a medio o largo plazo, "ya que es muy complicado desbaratar el entramado jurídico y de obras que se necesitaría para adecuarlo a las necesidades que se barajan".

Obras y detalles.- También, teniendo en cuenta las dificultades orográficas y de las infraestructuras que existen en el pueblo, que se ubica en una ladera, el ayuntamiento ha colocado barandillas en puntos estratégicos de las escaleras que conectan el barrio a cada paso.

En este sentido una de las vecinas beneficiadas en la calle Pino Alto pidió ayer mientras trabajaban los operarios un cambio del lado de la colocación de una baranda, petición que fue atendida sobre la marcha por el propio concejal de Obras y Servicios.

En cambio, por llevar un proceso más engorroso, el solar que se encuentra a mitad de esta calle, que ya ha despertado quejas de otros residentes por los malos olores al ser punto de vertido de escombros y basuras, no se ha podido murar.

A lo largo de la calle Chafira o la Tamaduste, las principales, se han ejecutado distintas obras de menor calado, como por ejemplo dar continuidad a la acera en el margen izquierdo en sentido de bajada de Chafira o ya un vallado de seguridad en la salida de la calle Tamaduste.