Los tagorores de la capital tinerfeña nacieron para intentar descentralizar la administración, pero, con la reducción drástica de sus partidas y del personal decidida por el gobierno local en el presupuesto de 2012, corren el riesgo de perder su razón de ser. Así lo entiende, por lo menos, el edil de Participación Ciudadana, Hilario Rodríguez (CC), departamento del que dependen precisamente estos órganos. Para este concejal, el claro debilitamiento al que se exponen los tagorores los convertirá en simples "oficinas de apoyo" a los vecinos de cada distrito, "pero con una única persona para solucionar los problemas y llevar la gestión".

Su malestar y preocupación es tal, que quiere propiciar una reunión con el alcalde, José Manuel Bermúdez, y el primer teniente de alcalde, Julio Pérez, durante la próxima semana para intentar buscar soluciones alternativas para que no se consume lo que entiende como una casi anulación del sentido inicial de los tagorores.

A su juicio, lo que se precisa es "voluntad política, pues ahora mismo no sé bien qué es lo que quieren el alcalde y Julio Pérez; si apuestan o no por ellos". Lejos de la reducción de partidas y de personal, lo que se debe hacer, en su opinión, es apostar precisamente por todo lo contrario y reimpulsar de verdad estos órganos en pro de la "necesaria descentralización" de la administración local y también en busca y cumplimiento de los presupuestos participativos, por lo menos en lo que concierne a determinadas actuaciones en los distintos distritos capitalinos.

El concejal lamenta que, en lo que va de mandato, no se haya abordado este asunto y, por lo que le consta, también cree muy indicativo que los tagorores no saliesen de forma explícita en el documento del pacto firmado por CC y PSC. Pese a militar en uno de ellos, Rodríguez teme que ambos partidos estén en la línea del PP, que en el pleno del pasado jueves, durante la aprobación del presupuesto, defendió abiertamente la desaparición de estos órganos ante la situación de las arcas locales y la necesidad de priorizar gastos.

Rodríguez, en cambio, considera que los tagorores son claves para ahondar en la democracia y acercar la administración a los vecinos, por lo que cree un error que se hayan reducido las partidas para el próximo año de cada uno de los cinco distritos de los 670.000 euros de media de los últimos ejercicios a los 220.000 actuales. Además, el presupuesto para inversión y obras queda a cero, al desaparecer el capítulo 6.

Por su parte, la reducción de personal también confirma este debilitamiento. De contar con un director, un jefe de oficina, un gestor, dos auxiliares y una secretaria, la plantilla queda limitada ahora a dos auxiliares y un coordinador.

Discrepancia interna

Tras publicar EL DÍA estos recortes el pasado jueves, Julio Pérez indicó a este periódico que, en parte, la situación se compensaría con los 900.000 euros que aportará el Servicio Canario Empleo desde principios de 2012 y que permitirán contratar, según sus datos, a 90 desempleados para reforzar actuaciones de los tagorores. Estos contratos tendrán una duración de seis meses y, tras su conclusión, el gobierno confía en recurrir a otros 2,4 millones previstos para empleo, cifra anunciada en el citado pleno.

Sin embargo, el optimismo de Pérez contrasta con la visión de Rodríguez, edil que ayer recibió una llamada para informarle de que esas 90 personas comenzarán a trabajar el 2 de enero. El concejal de Participación, no obstante, ya ha dejado claro que no tiene sentido incorporar a este personal, por importante que sea para ellos y por mucha ayuda que puedan representar, si se carece de partidas para disponer de palas, rastrillos, azadas, cepillos, carretillas, contenedores, bolsas, guantes y otras herramientas para cualquier actuación de mejora de barrios. De todos modos, subraya que este no es el problema, sino la voluntad política y la falta de medios.