El sendero Tafada-Chamorga es uno de los caminos rurales más elegidos por los excursionistas para recorrer la parte más oriental del Macizo de Anaga, un sendero que es bastante frecuentado por turistas y visitantes que fijan su objetivo en la comarca. No obstante, a pesar de que el camino es uno de los más importantes del lugar, la AAVV Islanaga advierte de que corre un serio peligro de derrumbarse nada más empezar su recorrido, pudiendo afectar a algunos inmuebles, entre ellos el único bar-restaurante que existe en Chamorga, el tradicional Casa Álvaro, regentado por doña Juana Pérez. Es por ello por lo que el colectivo vecinal pide el mallado o un muro de contención que minimice los riesgos de desprendimientos.

Desprendimientos.- Se da la circunstancia de que durante los últimos años la pared del sendero que linda con la trasera del restaurante se ha ido desprendiendo, sembrando el temor entre los asiduos, visitantes y la regenta del bar. Según aseguró el presidente de este movimiento vecinal de Anaga, Jesús Arrocha, "existe el peligro cierto de que toda esta pared se pueda venir abajo y afectar como mínimo a los bienes, porque luego está el riesgo que podría provocar a las personas por algún que otro motivo".

Recordó, entre otras cosas, que uno de los grandes atractivos del pueblo, al margen de su propio enclave y sus rincones, es el sendero hacia Tafada. El sendero Tafada-Chamorga es bastante visitado por turistas y visitantes de toda la Isla y el bar-restaurante Casa Álvaro es el punto de encuentro elegido para hacer fonda en una jornada que siempre se presume espectacular. Por otra parte, precisamente en el ámbito de este bar comienza el famoso camino que da a Tafada, una zona en donde antiguamente se almacenaba productos alimenticios. Es por ello por lo que los vecinos y la propietaria del bar piden que se asegure todo el largo de la pared para salvaguardar una de pocas actividades económicas que existen en el pintoresco caserío de Anaga.

De manera provisional, la pared a su paso por el edificio está apuntalado por troncos, aunque la endeblez es más que evidente. El representante de la AAVV Islanaga reconoció la debilidad del remiendo pero explicó que "es la medida tomada por la señora ante el peligro que se le viene encima".

Problema denunciado.- Este problema ya ha sido denunciado y puesto en conocimiento al alcalde del municipio, José Manuel Bermúdez, "aunque no por escrito, ya que se ha solicitado verbalmente el arreglo de la pared" en las últimas visitas que realizó al pueblo y señaló que "también el antiguo consejero de Medio Ambiente del Cabildo de Tenerife, Wladimiro Rodríguez Brito, lo sabía y dijo en su momento que se iba a estudiar el problema. Al final ni uno ni otro se han acordado y el problema sigue vigente ante los peligros que se podrían ocasionar", advirtió.

Por su parte, Juana Pérez no entiende como un lugar tan transitado por el turismo y visitantes en general puede estar en esta situación. "Aquí tenemos miedo de que alguien se caiga o que la pared se venga abajo y esto es un camino público por lo que a mi no se puede pedir responsabilidades".

Minimizar riesgos.- "Vamos a ver, es un camino público y la casa está colindante y está construido en el particular. Las administraciones deberían cuidar el sendero para minimizar los riesgos y evitar o que alguien se caiga o que una parte se venga abajo. Sería ideal una baranda, un mallado o cualquier otra solución para que el camino se mantenga y se pueda seguir ofreciendo a los turistas y visitantes esta parte de Anaga", señaló.

Reconoció que esta parte del sendero de Tafada "ha sido inspeccionada por técnicos de distintas administraciones, ya sean del Parque Rural de Anaga o el Ayuntamiento de Santa Cruz y ahora sólo falta que las soluciones se pongan encima de la mesa para evitar cualquier riesgo", dijo para concluir.

Hay que recordar que el sendero Tafada-Chamorga es un camino corto y sin ninguna dificultad muy apto para todos los caminantes que quieran disfrutar de una buena jornada en contacto con la naturaleza. Este camino parte de la trasera del bar de doña Juana y va ascendiendo hasta dejar atrás todo el caserío y regalando a la vista el Roque Bichuelo y el Roque Pilón desde donde se divisa sin dificultad el barranco de Roque Bermejo. La ruta continúa por la llamada Cuesta de Las Burras hasta llegar finalmente a las casas de Tafada, unas ruinas de lo que antiguamente fueron almacenes de papas y grano.