Las obras de la Vía Litoral iniciarán en un par de semanas los trabajos en las aceras de la avenida Francisco La Roche. Sin embargo, no será hasta dentro de "un par de meses" cuando puedan trabajar a la altura del restaurante chino, ya que aún queda "cumplir las formalidades" de la expropiación, según explicó a EL DÍA Adolfo Hoyos, director de las obras.

Entre dichas formalidades se encuentra el pago de la expropiación por parte del Gobierno de Canarias al propietario del restaurante, para que se pueda trabajar en el terreno que actualmente ocupa esta edificación en el puerto.

En breve, no obstante, en un par de semanas iniciarán la segunda parte del túnel, que es la salida del mismo a la avenida Francisco La Roche, a la altura de la estación de Fred Olsen, detalló Hoyos.

Esta intervención supondrá molestias "a los usuarios, al tráfico y negocios de la zona", que se verán afectados por las obras "hasta final de año prácticamente". Hoyos puntualizó que todos ellos estaban informados y que sabían que si se quiere mejorar la zona tienen que sufrir molestias.

Lo que se va a hacer, en concreto, es la salida del túnel. Una infraestructura cuyo desarrollo ha sufrido algún pequeño problema de impermeabilización que ya está subsanado, según explicó Hoyos.

La complejidad del túnel radica en que está construido bajo el nivel del mar, por lo que "tiende a flotar". Para evitar que flote, se ha realizado un anclado con hierros de la estructura del túnel, que forma una especie de casco de barco hueco e impermeable. Con una compleja técnica se ha "cosido", por decirlo de una forma clara, la estructura para evitar ese riesgo de que flote.

En breve, reiteró Hoyos, se empezará a construir la rampa de salida del túnel a la avenida Francisco La Roche. Pero para trabajar en la zona del restaurante chino y para el traslado de los laureles de indias aún quedan "un par de meses", añadió.

El traslado de estos árboles no ha estado exento de polémica. Finalmente se ha decidido trasladarlos, aunque también se barajaba buscar otra alternativa para respetar los laureles.

Éste trazado alternativo reducía los carriles en cada dirección a uno y también sacrificaba plazas de aparcamientos. Además, alargaba la finalización de la obra.

Finalmente, se ha decidido trasladar los laureles, como ya se hizo en otro tramo de las obras de la Vía Litoral con éxito.

Otro de los problemas a los que se ha enfrentado la dirección de la obra ha sido a robos de material, aunque el director de la misma apostilló que estas dificultades son "las normales" en una obra como la de la Vía Litoral.