El Cristo de las Tribulaciones es una de las imágenes que más devoción suscita entre los chicharreros, especialmente entre los residentes en Los Toscales.

De hecho, este fervor nació de los milagros que hizo la imagen, entre los que se encuentran sanaciones. Esto hizo que el Señor de las Tribulaciones se invocara "en la defensa del cuerpo y del alma".

Este año, el Señor de las Tribulaciones va a ser nombrado Señor de Santa Cruz, en un solemne acto que tendrá lugar el próximo jueves, a las 20:30 horas, en el Salón de Plenos del Palacio Municipal.

Pero que ahora vaya a recibir este título no quiere decir que vaya a perder el de Las Tribulaciones, que ostenta "por la expresión de tribulación, de soledad, de dureza" que tiene el busto, según explicó Jacinto Barrios, el párroco de San Francisco de Asís.

Estos días puede contemplarse la doliente imagen en el altar mayor, ya que hasta hoy ha tenido lugar el Solemne Quinario, que son "cinco días especiales en los que se adora al Señor de las Tribulaciones".

Una vez que finalice la Semana Santa, el busto volverá a su lugar, presidiendo la capilla derecha de la iglesia de San Francisco de Asís.

Pero hasta entonces puede visitarse una pequeña exposición que se ha ubicado frente al retablo en la que se recogen algunos elementos significativos de la historia de la imagen religiosa.

Como las páginas del archivo histórico donde se acuerda cambiar el nombre de la calle Oriente de El Toscal por la de Señor de las Tribulaciones. El Ayuntamiento también aprobó entonces construir una hornacina para "colocar en ella una reproducción fotográfica y poner bajo su amparo a los habitantes de la calle", aunque esto nunca se llevó a cabo.

Porque la fe en el Cristo de las Tribulaciones "no es una devoción buscada por el clero, arranca del pueblo en el siglo XVIII", explicó el padre Jacinto.

Y nace de una imagen itinerante, que comenzó su peregrinar en la capilla del Antiguo Hospital de Santa Cruz, donde los enfermos le rezaban.

En 1715 fue trasladada a la Casa de los Carta, familia muy devota, donde se levanta acta de un milagro: el rostro del Cristo suda. Se le atribuye la curación de la señora de la casa, que quedó restablecida de una grave enfermedad.

Pero donde el Señor de las Tribulaciones demostró el alcance de su poder milagroso fue en la calle Oriente de El Toscal. La epidemia de cólera de 1893, que llegó en un barco italiano, se detuvo en esa vía, que cambió su nombre para agradecerle su misericordia.

El martes 3 de abril (Martes Santo) es el día en el que el Cristo de las Tribulaciones vuelve a El Toscal en solemne procesión y es recibido con una lluvia de pétalos de rosa. Porque hoy, como ayer, los chicharreros rezan a la imagen para que alivie sus pesares.