La AAVV Ramarim, radicada en el enclave santacrucero de Miramar, exigió ayer que el ayuntamiento capitalino extreme su celo en la limpieza del barrio, uno de los problemas "eternamente" denunciados y que con el paso del tiempo no termina de solucionarse, y en incrementar la presencia policial "por la anarquía existente" en todo su ámbito. Estos sólo son dos de los problemas que denuncia, pero que se unen a una larga lista de demandas que durante los últimos años han sido muy poco atendidas por las administraciones a pesar de que en el barrio viven algo menos de 2.000 personas.

En este sentido, el veterano presidente del colectivo vecinal, Guillermo Alonso, criticó abiertamente la limpieza a la que es sometido el barrio, que considera "no satisface a los vecinos que vivimos aquí. Solo tiene que echar un vistazo a cómo están los rincones, la calle o el parquecito. Puede ver cómo están y no es precisamente porque el trabajador no ponga su empeño, sino porque se ve imposibilitado a cubrir todo el barrio. En realidad radica en que solo hay una persona a cargo de la limpieza diaria, que incluye las calles, escaleras, zonas comerciales y las peatonales" de todo el barrio.

Servicio insuficiente.- Alonso considera que es insuficiente y por eso pide un refuerzo para que el barrio esté permanentemente limpio "y evitar con ello que se degrade más todavía". No obstante, no tuvo reparos en señalar que "gran parte de la culpa de que el barrio esté en estas condiciones diariamente es de los propios vecinos, que no tomamos conciencia de que es aquí donde vivimos y que tenemos que cuidarlo como sea".

Como ejemplo describió que algunos vecinos "no se cortan y tiran sus basuras desde sus ventanas, algo que es muy habitual, al igual que tirar colillas encendidas, que ya más de una vez han prendido alguna palmera... Es cierto, mira las marcas", dijo Guillermo Alonso señalando el ejemplar que se encuentra al lado de la sede de la asociación.

Asimismo denunció la sensación de inseguridad que existe en Miramar y que se podría solucionar con incrementar la presencia policial y con que desde este cuerpo "se desarrollen planes con medidas persuasivas que pueden llevar consigo sanciones de todo tipo".

Seguridad vial.- Pero no solo la seguridad está en entredicho, también la vial y sobre ello Guillermo Alonso quiso resaltar también los conflictos que existen en cuanto al tráfico se refiere y al cumplimiento de los reglamentos. Remarcó el poco respeto vecinal a los espacios de paso "ya que aquí llega cualquiera y aparca en donde no hay pilonas obstaculizando el paso a personas mayores o carritos de niños pequeños. Puso como ejemplo el problema diario que existe en la rampa de entrada a la parroquia del barrio, situada en la calle Ernesto Anastasio, en donde la gente deja los vehículos en la rampa y no respeta la entrada. Es por ello por lo que pide "o colocar una jardinera o una pilona movible para evitar el aparcamiento que impide el acceso de los feligreses a la misa, sobre todo los sábados y los domingos".

"Luego están las velocidades que cogen algunos y que tienen las calles Antonio López López y la García Talavera como circuitos de velocidad. No estaría de más que en estas dos carreteras el ayuntamiento pusiera guardias muertos o pasos de peatones elevados ya que con ello dentro del barrio todos ganaríamos en seguridad, incluidos los conductores", sugirió.

Rehabilitación.- Por último, llamó la atención acerca de las obras de acondicionamiento de los bloques y en este sentido Guillermo Alonso mostró su satisfacción por que ya empezaran unas obras bastante esperadas y que supondrán que en una sola fase se rehabiliten 94 viviendas de los bloques 32, 21, 3, 10 y 16, con un presupuesto de 1.057.500 euros financiados por el Estado (40%), Gobierno de Canarias (30%), Cabildo, ayuntamiento y vecinos (un 30% a partes iguales entre esos últimos).