Un buen ejemplo de la maltrecha situación en la economía de centenares de familias de Santa Cruz son los datos que se registran cada tres meses en el área social de la capital tinerfeña. Según los últimos aportados por el Instituto Municipal de Atención Social (IMAS) de enero a marzo de este año, un total de 1.619 santacruceros acudieron por primera vez en su vida (por lo menos según los registros locales) a dicho departamento a pedir ayudas básicas (dinero para medicamentos, agua, alimentos, luz, alquileres...).

Se trata de una cifra "escalofriante", según reconoce el propio concejal responsable del IMAS, el socialista José Manuel Arocha. De hecho, ese número eleva a un total de 7.450 los vecinos que acuden a estas prestaciones de emergencia por su difícil y, en algunos casos, casi insoportable situación personal o familiar por la escasez de medios y recursos económicos. Un incremento que representa un 13% más que en el mismo periodo de 2011, año que, durante mucho tiempo, se presentó como el más agudo de la crisis, pero que, a este paso, puede acabar siendo hasta liviano en comparación con la presente senda y la falta de perspectivas halagüeñas ("brotes verdes", que dicen otros).

En el primer trimestre de 2011, los residentes que pidieron estos apoyos fueron 6.583. El área que dirige Arocha teme que, con el creciente aumento del paro en Santa Cruz y en el resto del país, la tendencia de esta demanda siga siendo al alza durante los próximos registros trimestrales.

7.450 solicitantes

De las 7.450 personas que acudieron a las oficinas del IMAS y, sobre todo, a las Unidades de Trabajo Social de cada distrito, un total de 4.312 lo hicieron en representación de unidades familiares, lo que amplía el número de afectados y agrava la situación, mientras que 912 fueron mayores.

Aunque hay un pequeño porcentaje de peticiones de ayudas que no entran entre las de emergencia, la inmensa mayoría (un 92,04%) fueron por alimentos, farmacia, agua, entre otros.

Este incremento resulta aún más preocupante si se atiende a que se trata de ayudas prestadas y que, desde el nuevo mandato, se está siendo mucho más restrictivo y riguroso en el análisis de las peticiones para evitar picarescas y situaciones injustas o de agravio comparativo. De hecho, y en coordinación con la Sociedad de Desarrollo, 135 personas fueron derivadas a ese otro departamento municipal para que asistieran a cursos de formación y aumentaran así sus opciones de encontrar trabajo y mejorar sus perspectivas de futuro.

Por zonas, la que presenta los datos más alarmantes es Barranco Grande, donde se registraron 1.825 ayudas (un 24% del total). Le sigue Ofra, con 1.265; el Distrito Centro (1.196); Los Gladiolos (991), La Salud (923), Añaza (772) y San Andrés (428), entre otros enclaves.

Ante esta situación, que, sin que se declare la situación de emergencia, tal y como sí hizo Miguel Zerolo con cifras menores, dibuja un panorama casi desolador, Arocha resalta la "impresionante labor" que están desempeñando los 22 trabajadores sociales que se encargan de este ámbito.

De hecho, y según la media, cada uno de estos empleados ha tratado a 110 personas en los tres primeros meses del año, cifra que el concejal considera suficientemente reveladora de lo que está ocurriendo y de su valía profesional.