Entre muchos vecinos de San Andrés sigue existiendo desconfianza y temores a nuevos incumplimientos o retrasos sempiternos. Sin embargo, también los hay entusiasmados ante los avances logrados en este mandato para ver con sus propios ojos y en un plazo razonable la ansiada protección marítima de su barrio mediante un dique semisumergido. La Autoridad Portuaria y el ayuntamiento presentaron recientemente las tres alternativas elegidas y que se mandarán al Gobierno central para que opte por la que crea más viable y adecuada. Sin fechas concretas, pero, por lo menos, la esperada defensa costera ya tiene forma, tal y como muestran los planos que ilustran esta información.

El primero de ellos (imagen superior) es el de la denominada alternativa B3. Como se puede apreciar, presenta un dique semisumergido que, según los técnicos de la Autoridad Portuaria, se situaría entre 90 y 130 metros del litoral, al no poder alejarse más por el sebadal existente. Como las demás, esta opción garantiza la defensa del barrio de los dos tipos de olas que atacan la zona: las del Noreste, más elevadas en alta mar, pero de una frecuencia de hasta 10 segundos; y las del Suroeste, de menor tamaño, pero una periodicidad de 16 segundos, por lo que su afección es mucho mayor en tierra.

A diferencia de las otras, la B3 no presenta zona de ocio a modo de playa, aunque sí un pequeño dique lateral (en la zona de influencia de las olas que rebotan en la dársena y en otros puntos cercanos). Con este brazo se pretende amortiguar precisamente el efecto de réplica e incremento de la cresta que implican esos lugares. Además, y a diferencia de los otros, en este caso sí se mantiene el pequeño atraque. Se trata de la opción más barata (2 millones), si bien se está únicamente en el proyecto básico, por lo que, al igual que con las otras, los costes podrían elevarse.

La segunda alternativa (la B3'') sí contempla playa (aunque no de arena fina), si bien descarta ese pequeño atraque. En este caso, su coste se eleva a unos 3,5 millones, con posibles subidas si se desarrolla el proyecto constructivo.

La tercera (la B7, también de 3,5 millones iniciales) incluye una playa con aspecto triangular (con un lado en la parte más cercana a la actual avenida), una pequeña protección situada en el entorno de la desembocadura del barranco y un dique con dos aberturas como aliviaderos del agua entrante.

El gobierno apuesta claramente por las dos opciones con playa porque considera crucial aprovechar la coyuntura para aumentar la oferta de ocio en la zona. Además, se cree que el coste, en comparación con otros proyectos nacionales, es bajo y que la primera posibilidad acabaría siendo menos rentable a largo plazo.

Con todo, la pelota está ahora en el tejado del Estado, si bien antes se deberá superar la difícil prueba del impacto ambiental para un dique que cambiará la historia.