Pilar Valencia Rodríguez celebró el pasado viernes su 105 cumpleaños junto a sus seres queridos en la terraza del Asilo de Ancianos. "Estaba tan contenta que hasta nos pidió una copa de vino para celebrarlo", afirmó su nieta Pilar entre risas.

"Todo el mundo dice que ahora cumple 102 años, pero eso se debe a que antes los niños se registraban cuando ya tenían 3", recalcó Pilar. Nació en La Laguna en 1907, donde vivió en las calle de Los Molinos. Durante su infancia, ayudó a su abuela que era partera, un oficio que continuó luego de manera independiente.

También fregó en las casas de los vecinos, fue cigarrera, cosió en hogares de clases sociales poderosas y vendió pollos y gallinas en Santa Cruz. A pesar de todo este tiempo dedicado al trabajo para sacar adelante a su familia, tenía también tiempo para los pequeños de la casa. "Ella fue siempre muy trabajadora, pero tuvo tiempo para estar con nosotros y nos dio una buena educación, tanto a mí como a sus bisnietos", recalcó su nieta Pilar.

Se casó con Francisco García, Déniz, con el que tuvo tres hijos: Pilar, Diego y Margarita. Durante la guerra, él emigró a Venezuela y, posteriormente, ella fue a buscarlo. El matrimonio vivió en Caracas durante 30 años y a su vuelta a la Isla compraron una casa terrera en el barrio del Perú. Allí vivió su familia hasta que, por decisión propia, Pilar Valencia se trasladó al asilo. En la celebración de su centenario, afirmó que, como mujer independiente que es, no podía aceptar vivir con su familia. "Hace diez años que está allí porque todos trabajamos y la verdad es una tranquilidad saber que la están cuidando", aseguró su nieta. Sus familiares contaron que esperan llevarla alguna tarde a dar un paseo por La Laguna para ver al Cristo y comer con la familia en su ciudad natal.

Doña Pilar vivió tiempos difíciles y los resumió en este periódico en su 100 cumpleaños con una anécdota: "Yo iba a fregar al Cristo y no tenía que comer. Un día dejaron una limosna en el cepillo y se quedó asomando un billete. Me lo pensé mucho y todavía hoy me da vergüenza, pero lo cogí por la punta y lo metí en el bolsillo. Con el dinero hice una compra que hacía mucha falta". En esa ocasión, también confesaba que tenía muchos amigos y algún que otro pretendiente en el asilo del que no quería saber nada.

Cinco años después, es su nieta la que habla sobre la vida de su abuela debido a que los años no perdonan. "Ella está bastante bien, nos conoce y habla con nosotros, pero hay días que no coordina bien y se desorienta", explicó Pilar. Además, las monjas que la cuidan en el Asilo de Ancianos aconsejaron a los miembros de la familia que es mejor que no la saquen de allí, según comentó Pilar.

Durante toda su vida, Pilar Valencia fue una mujer con ideas "muy liberales", según cuentan sus familiares. "Siempre ha sido muy marchosa y nos dejaba salir cómo y cuándo queríamos", recordó Pilar.

"Fuimos a las cinco de la tarde a verla y no paraba de decirnos que nos fuéramos a trabajar, que a ella le valía con ese ratito que habíamos ido a verla", señaló su nieta a este periódico el día que celebraron su cumpleaños. Al soplar las velas, la cumpleañera pidió un deseo que no reveló a ninguno de los presentes. Su nieta, sin embargo, sí quiso recalcar que se siente "muy orgullosa de ella". "La considero una madre porque siempre me ha ayudado a salir adelante", concluyó recordando una vida repleta de cariño.