Un túnel carretero o un sistema de presas. Estas son las dos soluciones que Raúl González, Enrique Sosa y Neftalí Cruces han desarrollado para evitar que se desborde el barranco de Santos en su parte baja cuando llueve.

Sin embargo, estas obras no se llevarán a cabo a corto ni a medio plazo, ya que están solo sobre el papel. Los ingenieros que las han desarrollado son tres jóvenes de poco más de 20 años que eligieron estos temas como proyectos de fin de carrera de Ingeniería de Obras Públicas.

Su tutor, el profesor Manuel García Román, les propuso el tema y ellos lo desarrollaron con tanto éxito que merecieron un 10 y un 9, respectivamente.

Raúl planificó un "proyecto de derivación del barranco de Santos por un túnel de carretera hacia La Hondura". Se trata de un túnel que serviría como carretera y que se cortaría al tráfico cuando el nivel del agua fuera superior a 120 metros cúbicos por segundo. Entonces ese túnel sería el encargado de llevar y canalizar el agua. Correría paralelo por debajo de la Rambla para evitar la afectación de las casas. El túnel cruzaría la autopista por debajo y, ya en falso túnel, se metería en el barranco de la Refinería. Después el recorrido continuaría por otro túnel para cruzar la vía de penetración y, finalmente, verter el agua de lluvia en La Hondura.

El coste de este proyecto sería de alrededor de 30.700.000 euros.

El túnel sería de dos carriles, uno en cada dirección, y mientras no lloviera sería "una salida alternativa para viajar al Sur", explica Raúl.

El diseño del túnel planifica una altura de nueve metros, gálibo de cinco metros y ancho de 11,18 metros. Su sección es semicircular porque este ingeniero ha considerado que es lo más viable, debido al material del subsuelo de la zona.

La altura mínima de este túnel sería de 20 metros a la altura del Viera y Clavijo y sería "suficiente para no dañar lo que quede en superficie".

Este proyecto esta pensado para lluvias con un periodo de retorno de 14 años, añade.

El "estudio de soluciones a la reducida sección de paso de los desagües transversales en el último tramo del barranco de Santos" de Enrique y Neftalí propone construir cuatro presas a lo largo del Barranco de Santos. La primera estaría a la altura del estadio Heliodoro Rodríguez y las otras tres en el barrio de Salud alto.

Estos ingenieros han calculado que el torrente de agua puede ser de hasta 200 metros cúbicos por segundo sin desbordarse la presa.

"Nuestras presas tienen un orificio en la parte inferior" que dejan pasar algo de agua. Cuando las presas están cerca de desbordarse, este orificio se cierra y "se vierte el agua por coronación", por arriba.

La presa de menos altura tendría 20 metros de alto (que es la que debería construirse a la altura del Heliodoro Rodríguez) y la de mayor altura tendría 55 metros. La altura del diseño de las otras dos es de 30 y 45 metros.

Están diseñadas para que aguanten el caudal de agua que se produce incluso en las lluvias que se dan "una vez cada 500 años".

Además, Enrique y Neftalí puntualizaron que las presas están diseñadas con unos "elementos amortiguadores para evitar que excave el agua en el cauce". Es decir, que han diseñado como unos dientes para romper el agua y, así, la fuerza que lleva.

La única que tiene una solución diferente es la presa número cuatro, puntualizan, a la que han diseñado "un vórtice apoyado en la montaña para que la lámina de agua se rompa".

El coste aproximado de este proyecto es de 18 millones de euros, explican Enrique y Neftalí, que matizan que su proyecto no es constructivo, sino de soluciones. Esto quiere decir que si alguien decidiera comprárselo y construir este sistema de presas debería realizar un estudio de los costes más pormenorizado.

Todo esto está solo sobre el papel, pero son buenas opciones para solucionar un problema recurrente que afecta, sobre todo, a la Iglesia de La Concepción.

Raúl González, Enrique Sosa y Neftalí Cruces son jóvenes promesas que, a día de hoy, se plantean seguir estudiando ante la falta de salidas laborales. Tal vez cuando dentro de unos años vuelva el dinero, como las riadas, alguien se acuerde de estos jóvenes y sus proyectos.