Los chóferes de Titsa están obligando a pagar la guagua a los discapacitados de Añaza, según aseguró ayer la asociación de vecinos Ocho de Marzo.

Fuentes municipales aseguraron que el uso del bono gratuito de guagua para las personas con discapacidad estaba prorrogado hasta finales de este mes, pero que debía de existir algún tipo de problema de comunicación entre la compañía Titsa y sus chóferes.

Luis Celso, presidente de la asociación de vecinos Ocho de Marzo, aseguró que puede haber entre 30 y 40 personas afectadas en el barrio de Añaza. No obstante, indicó que podría haber más afectados en el Suroeste, que es una zona donde las guaguas han pasado de ser interurbanas a urbanas.

No es el primer dolor de cabeza que provoca a los vecinos del Suroeste la reordenación de las líneas de Titsa, aunque éste parece ser un desajuste entre lo pactado y lo que se aplica.

Desde el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, se mostraron confiados en que el problema se solucionaría en "los próximos días". Además, añadieron que el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y el Cabildo estaban trabajando en "nuevas medidas de carácter social" para determinados usuarios.

A pagar

Buenas palabras todo, pero el hecho es que a los discapacitados de Añaza se les está haciendo pagar un bono normal o el billete de la guagua, según explicó Luis Celso.

Celso se quejó de la lentitud de la respuesta en aplicar una medida que en teoría estaba vigente de cualquier forma hasta finales de mes.

La asociación de vecinos Ocho de Marzo se puso en contacto, desde principios de esta semana con la concejal de Movilidad, Carmen Delia González; con el concejal de Asuntos Social, José Manuel Arocha, y con la secretaria del alcalde, José Manuel Bermúdez.

Sin embargo, a pesar de que en el consistorio les dan la razón, los chóferes de Titsa siguen exigiendo a los discapacitados que paguen su bono o su billete.

"Hay personas que están cogiendo la guagua para ir a quimioterapia, pone como ejemplo el presidente de la asociación de vecinos del barrio.

Además, Celso apostilló que el Suroeste estaba siendo uno de los barrios más perjudicados por la reordenación de las líneas de guaguas, a lo que se suman las dificultades económicas que atraviesan muchos de los vecinos de este distrito, especialmente castigado por el desempleo.