A finales de 2012 expira el convenio de reposición firmado entre las instituciones que garantiza la reposición de las viviendas de la barriada de La Candelaria. Si antes del 31 de diciembre no se ha licitado la obra, el convenio expiraría y, por tanto, los vecinos se quedarían como están, con unas viviendas que, en muchos casos, son un riesgo.

En los tres meses que quedan de 2012, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife tiene que realizar estudios sobre la situación social de cada familia. Éste es un paso previo al que se comprometieron para adaptar el pago del 10% (1,7 millones) del total de la reposición a la situación personal de cada uno de los 115 hogares.

Fuentes de la Asociación de Vecinos Azorín manifestaron a este periódico que van a pedir esta semana una reunión con Viviendas Municipales para conocer cómo va el proceso. Se sienten intranquilos porque creen que pueden tener problemas si no se apresuran a licitar las obras.

Esta licitación, a su vez, depende de la total aprobación del Plan General de Ordenación (PGO) que se cree que puede llevarse a Pleno este mes.

Por todo esto, la asociación de vecinos cree que el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife debe apurarse y actuar con rapidez.

Un ARU en espera

La barriada de La Candelaria forma parte de un Área de Reposición Urbana (ARU), un plan financiado entre el Estado, Gobierno de Canarias, Cabildo y Ayuntamiento de Santa Cruz.

Las obras requieren un desembolso de 12,5 millones de euros, de los que el 36% (4,6 millones) los aportará el Estado. El 30% (3,7 millones) corresponde al Ejecutivo regional, el Cabildo aportaría el 9,61% (1,2 millones), la misma cifra el Ayuntamiento santacrucero, y el 13,8% restante, los vecinos (1,7 millones).

La edil de Viviendas Municipales, Ángela Mena, garantizó a los vecinos el pasado mes de abril que el dinero estaba y que las obras se iniciarían antes de que finalizara este año.

En este cónclave, Mena dijo a los residentes que se haría un proyecto participativo y que la ubicación de los nuevos bloques sería en el mismo sitio.

Esto quiere decir que se les tiene que buscar a los vecinos una nueva ubicación y que éstos deben disponer de tiempo suficiente para preparar la mudanza. Muchos pasos para hacer en sólo tres meses.

Desde la Asociación de Vecinos Azorín insisten en que hasta ahora sólo han tenido reuniones en las que les explican lo que van a hacer, pero que ni siquiera se han dado los primeros pasos para ello.

Se refieren a los estudios de los asistentes sociales y la búsqueda de la ubicación temporal para los vecinos.

Mientras, el tiempo pasa y el riesgo de que todo se quede como está aumenta.

Se prometió que las nuevas viviendas tendrían 75 metros, ascensor y garaje. También les dijeron que el Estado también tenía una partida para pagar el alquiler de los vecinos mientras se hacían las obras. De todo esto, cuando empiecen los trabajos (si es que empiezan) no se sabe qué quedará. Tal vez sólo un montón de buenas intenciones.