La situación social de la ciudad es alarmante. Así lo asegura la oposición municipal en bloque, que se ha unido para solicitar la celebración de un Pleno extraordinario solo sobre asuntos sociales que tendrá lugar el próximo viernes. Tal vez lo más llamativo sea la trasera del Pancho Camurria, un núcleo chabolista cuya ocupación se puede haber triplicado en menos de un año.

Esa es una realidad, pero existe otra en cada rincón de esta ciudad. Hortensia Navarro, del Comité Local del Centro Canario Nacionalista (CCN) ratifica que en los barrios de Santa Cruz de Tenerife existe necesidad. Todos los jueves visitan uno de los 81 barrios de la ciudad (van por el número 14) y en todos ellos han encontrado familias que viven de okupas.

"A veces están en viviendas declaradas en ruinas, apuntaladas...", relata.

Navarro declara que se ha visto "sorprendida" por el perfil de estos okupas y por la cantidad. "Sobre todo son familias canarias y son muchísimas", valora. "No les importa pegarle una patada en la puerta de la desesperación".

Explica que las familias con niños han sido, muchas de ellas desahuciadas por impago. "Gente joven que de la noche a la mañana se queda en la calle y no cobra nada. La empresa se declara en suspensión de pagos y están inmersas en juicios". "Estas familias están viviendo una pesadilla", añadió.

Esta política se ha encontrado también "personas mayores que han vivido de alquiler" hasta hace poco. "En La Salud hay una pareja de pensionistas okupas en plena avenida Venezuela", afirmó.

Parece obvio, pero por si acaso, preguntamos al ayuntamiento. No existe un censo de casas okupadas, nos responden. Esto quiere decir que el consistorio no tiene una idea aproximada de las personas que se han visto forzadas por la situación o han preferido vivir de prestado en una casa que no es suya.

Hasta junio de 2012, el Instituto de Asuntos Sociales (IMAS) realizó 14.279 peticiones, lo que supone, dicen, "un ligero aumento con respecto al mismo semestre del año anterior, cuando se contabilizaron 13.955".

Como acercamiento a la situación social de cada barrio puede tomarse como referencia que la Unidad de Trabajo Social (UTS) de Barranco Grande es la que ha registrado más peticiones, un total de 3.066 hasta junio.

La UTS de Ofra registró 2.576 atenciones y la de Centro, 2.366. La cifra baja en Los Gladiolos (1.926) y La Salud (1.880). Aunque parezca mentira, un barrio como Añaza ocupa el penúltimo puesto en peticiones de ayudas (1.586). A la cola está San Andrés, con 879.

Del total de 14.279 atenciones, sin embargo, el ayuntamiento solo ha concedido sus ayudas para comida y facturas de agua y luz a 6.543, menos de la mitad.

Organizaciones como Cáritas tampoco saben ofrecer una cifra sobre ocupación y se remiten, como el consistorio, a las cifras de asistencia como referencia. "En el área metropolitana (incluida La Laguna, Tegueste y Candelaria) puede haber 400 o 500 personas sin techo y solo en Santa Cruz de Tenerife no creo que lleguen a 60 o 70 personas", explica Leonardo Ruiz del Castillo, director de la ONG católica en la provincia de Santa Cruz de Tenerife.

En el Pancho Camurria, aunque reconoce que la población ha crecido, no cree que lleguen a "más de 30". Navarro apostilla que en esta zona no hay niños, lo que, mal que bien, hace que la situación no sea tan alarmante.

El IMAS dispone de una Unidad Móvil de Acercamiento (UMA) para facilitar "a los excluidos extremos el acceso a los recursos municipales". Está formada por dos grupos de trabajo compuestos por tres personas (médicos, trabajadores sociales, sanitarios...). En horario de mañana realiza funciones de atención y asesoramiento y por la tarde recorre el municipio atendiendo a los sintecho.

De 19:00 a 22:00 horas realizan siete recorridos habituales: por la zona Centro, por San Sebastián y Buenos Aires, Cuatro Torres y Recova, El Toscal, La Rambla y Duggi, El Chapatal y Benito Pérez Armas y La Salle. Atienden a personas que duermen en la calle, pero tampoco saben nada de okupas.

Gente como Noemí y Roberto y sus dos hijos de 7 y un año. Una pareja joven de Añaza que hace tres meses entró en una vivienda que no era suya. "No tuvimos que dar ninguna patada porque la puerta estaba abierta", asegura Noemí.

Hace seis años que pidieron una vivienda y, durante ese tiempo, han agotado todas las opciones habidas y por haber. "Hemos estado de casa en casa, de mi familia, de la de él, de los amigos..."La madre de Noemí tiene siete hijos, muchos de ellos pequeños, por lo que tuvieron que marcharse. Además, debido a la masificación de esta vivienda, se le abrió incluso un expediente en Asuntos Sociales para declarar a los hijos de Noemí y Roberto en riesgo. Por eso salieron de la casa, resume.

Roberto, que trabajaba en la ferralla, se quedó en paro con la crisis de la construcción y, en la actualidad no cobra nada.

"Lo peor es cuando vas a pedir una Vivienda de Protección Oficial (VPO) y les cuentas que no cobras nada. Te miran como si no te creyeran y te preguntan: "Y de qué vives". Noemí dice que ella pide en la iglesia o a la familia alimentos o comida, pero que lo que ya no puede pedir es asilo en casa ajena.

A estas alturas de la película aún no hay nadie capaz de decir cuántas situaciones diferentes de necesidad hay en la ciudad. ¿Cuántas familias no tienen ingresos o vivienda en Santa Cruz? ¿Cuántos residen en casas modestas hacinados con otros familiares? ¿Cuántos no cobran nada? Y, en resumen, ¿de qué viven?