Luis y Delia no conocen lo que es la tranquilidad desde que en mayo del año pasado se enteraron de que su banco había liquidado su hipoteca por impago, cuya demanda en los tribunales se interpuso en junio, también del año pasado, sin que, aseguran, "tuviéramos conocimiento previo".

El primer asalto de este complejo episodio, que podría desencadenar su desahucio, será el próximo martes 13 de noviembre, cuando su abogado intentará explicar que se ha tratado de un error de Caixa Nova Galicia, entidad protagonista por sus productos preferentes, por los que ha tenido que pedir perdón a sus clientes.

A esta entidad "no se le debía nada" por parte de esta pareja hasta julio de 2009, pero es a partir de ese momento en el que señalan que "dejan de girar los recibos a una cuenta que abrimos en esta entidad a petición suya, porque con anterioridad teníamos la nómina en CajaCanarias, donde habíamos pagado hasta la fecha".

Luis asegura que ni duerme ni come bien, preocupado por el futuro de sus cinco hijos, a los que mantiene al margen de este problema que comenzó cuando realizó una reunificación de pago, que gestionó a través de una persona del banco en Galicia, ya que le suponía un ahorro en el recibo mensual.

Según el afectado, "el director de la oficina de Santa Cruz en la que luego hicimos los cambios, nos aseguró que se trataba de un error burocrático", ya que ellos contaban incluso con ingresos mensuales en esta entidad.

El préstamo hipotecario se remonta al año 2006, por 105.000 euros, de los que ya se habían pagado unos 8.000, aunque por los recibos atrasados les reclaman unos 20.000 euros, incluidas las demoras, y para cuya liquidación "ahora el banco nos plantea que adelantemos 4.000 euros y que suscribamos un crédito personal".

Luis indica con impotencia que "yo estoy a punto de verme en la calle por un error que no es mío y, por lo tanto, deberían ser ellos los que lo resuelvan".

De los cinco hijos de Luis, todos menores de edad, salvo uno, tres viven en su casa con él y Delia. Dos de ellos, de un matrimonio anterior, a los que mensualmente transfiere la manutención, "cada dos fines de semana y en fechas puntuales se quedan en casa".

Vuelta a la realidad

Confiesa que "gracias al trabajo me despisto algo", aunque esta situación ha transformado su vida "en un infierno, pues en cualquier momento vuelvo a la realidad, ya que el próximo día 13 estará en manos de un juez decidir si me voy a la calle con mi familia". A sus 42 años y después de 8 de convivencia con Delia, solo se pregunta a dónde irá a vivir si eso sucede, "porque no tenemos recursos suficientes", aunque no duda de que saldrá adelante pese a todo.

Asegura que "jamás imagine verme inmerso en semejante injusticia", pues comenta que "ahora comprendo mejor los casos que veo en la televisión, que ya no soporto y me tengo que levantar pues cuando veo que se desahucia a una familia, es como si estuviera yo reflejado en esas noticias".

Afirma que su voluntad es la de llegar a un acuerdo para pagar, "algo a lo que no me niego, porque no me quiero ver en la calle", ya que esa posibilidad se la ha venido ocultando a su familia y su entorno, porque no quiere causar más daños.

El abogado de esta familia, Rafael Reyes, destacó que incomprensiblemente se les dejó de pasar los recibos a pesar de que hicieron un cambio de banco como les habían pedido, y que "en vez de resolverlo, solo le ofrecieron la posibilidad de endeudarse más, sin un margen para asumir sus propios fallos".

Explicó que en este caso sería "inaceptable y no se podría admitir que por un error del banco se ponga en la calle a una familia, porque esta entidad actúa como una maquinaria que no se para ante nadie y que incluso va a exigir quedarse con la casa de unas personas que han actuado de buena fe y que tenían sus nóminas".

El letrado también explica que la legislación de enjuiciamiento civil "no contempla un caso en el que un banco comete el error de no pasar la hipoteca, por lo que hemos interpretado cuatro causas de oposición para incluir esta situación que es totalmente anómala". Además, le reprochó a la entidad bancaria su actitud hacia Luis y Delia, a los que dijo que "no les ha facilitado información y han tratado como si el fallo hubiera sido de ellos". Por ello, confesó que la única esperanza es que el juez considere que se trata de un caso anómalo por error del sistema, por el que una familia se juega algo más que parte de su futuro.