El 19 de noviembre de 2010 cambió para siempre la vida de María Lourdes Martín y de sus nietos, Aitor y Laura. Ese día, Lidia Esther Rodríguez Martín, hija de Lourdes y madre de los niños, se sumó a los 32 años a la lista de las víctimas de la violencia de género.

El próximo lunes se cumplen dos años del asesinato de Lidia a manos de su pareja en el domicilio que compartían en la calle Ciprés de Barranco Grande. Su familia, liderada por María Lourdes, ha convocado a los vecinos del barrio hoy, a partir de las 12:00 horas, para rendir un homenaje a su memoria en la plaza Airam, donde está ubicada la oficina del Distrito Suroeste.

Familia, amigos y conocidos de Lidia Esther pretenden que el acto sirva para mantener vivo su recuerdo, "pero también para reclamar justicia cuando ahora se cumplen justo dos años de su asesinato y solidarizarnos con el resto de víctimas de esta lacra social", señala María Lourdes.

A la cita están invitados todos los hombres y mujeres que quieran reivindicar la lucha para erradicar la violencia de género, "y la necesidad de que se sepa que hay muchas salidas y alternativas antes de llegar a matar", señaló la madre de Lidia, quien afirmó: "A mi hija ya no me la devuelve nadie, pero ahora lo que pido es justicia".

Dos años después de ocurrir los hechos, la familia aún sigue sin conocer nada respecto al proceso judicial, pues aseguran que "ni se ha marcado fecha para el juicio ni hemos recibido ni siquiera una llamada telefónica. Estamos a cero, como al principio", apostilla esta mujer que mantiene luto riguroso.

María Lourdes asegura que "ya está bien, porque queremos que se juzgue a quien ha causado tanto daño para intentar rehacer, en la medida de lo posible, nuestras vidas". Principalmente, se refiere a la de sus nietos, un niño y una niña, que, en el momento de la muerte de su madre, tenían 6 y 9 años, respectivamente, y que desde ese momento están bajo su tutela. "Por ellos, que aún preguntan por su madre, lucho día y noche", sentencia quien añade: "Tenía mi vida encaminada, pero este suceso me ha obligado a empezar de nuevo. La tristeza por la pérdida de mi hija es muy grande, aunque me queda la alegría por los niños".

Esta familia nunca imaginó pasar por algo así como explica Lourdes: "Creíamos que era cosa de las películas o de otros sitios e incluso me enfadaba con ellos cuando veía algo así en la televisión, pero por desgracia, pasó. Hablé con ella por última vez aquella mañana, pero no me percaté de nada extraño. Nunca más oí su voz".

"Por mis nietos y para que otros niños no pasen por lo mismo que ellos, se ha organizado la concentración del sábado (por hoy)".