La espera parece haber valido la pena a Javier Rolo, productor artístico que en el Carnaval de Amargo, en 2007, fue contratado para lavar la imagen de la fiesta chicharrera. Fue su primera gran aproximación a las carnestolendas. A la edición siguiente, las primeras fiestas del PP, asumió una multimillonaria contratación, de la que no ha podido cobrar 2,2 millones de euros desde entonces, lo que ha ocasionado intereses añadidos.

Esta semana se ha hecho pública la primera sentencia, a su favor, que deja en Rolo un sabor agriculce. El ayuntamiento ha preferido recurrir en vez de buscar una salida extrajudicial.

¿Cuándo y cómo comienza a trabajar con el Ayuntamiento de Santa Cruz?

Justo el día después de la gala de Amargo, en 2007, el entonces concejal de Fiestas, Hilario Rodríguez, me contrató para "limpiar" la imagen esa misma edición. Hicimos un festival de galardonados que dirigió Juan Carlos Armas. Vino también la cantante Paulina Rubio. Me contrataron y pagaron sin ningún problemas.

¿Cuándo comienza la relación que provoca el litigio?

El Carnaval 2008 fue el más rápido de la historia. Antes hubo elecciones y pactaron CC y PP. Me volvieron a llamar. Sacaron a concurso sonido, iluminación y escenario, y lo gané porque me presenté solo o porque mi oferta era la mejor. El escenario se instaló en el parque marítimo. Algunos pliegos no se sacaron a concurso por falta de tiempo y se hizo por adjudicación directa.

¿Ha habido voluntad de llegar a un acuerdo?

Este proceso se ha alargado más de lo que debía. He propuesto varias reuniones para llegar a un acuerdo, incluso en el juzgado, y no ha habido voluntad de arreglarlo, sino de enrollarlo. Han tardado en dar documentación, se han perdido expedientes... Han pasado cosas muy extrañas. Este caso se tenía que haber resuelto en un año y medio y mira lo que se ha tardado.

¿Qué ha argumentado Fiestas para no pagarle?

Supuestamente, al no existir expediente es imposible sacar el pago, cosa que ya no me creo porque se acaban de pagar facturas que estaban contratadas de la misma manera que la mía. Después también nos dijeron que no había evidencia de que los trabajos se habían realizado. Un ejemplo: la factura de Chayanne, o el caso de Orishas. Para ellos no es bastante evidente que Chayanne hubiera cantado. Son argumentos sin fundamentos.

¿Se arrepiente de haber trabajado con Santa Cruz?

Desde el primer momento hice lo que tenía que hacer con honestidad y profesionalidad. La sentencia lo dice claro. Los que se equivocaron fueron otros, no yo. Esto ha supuesto la ruina empresarial, el cierre de mi empresa y, sobre todo, ha manchado mi nombre. Entré muy joven en el mundo empresarial y lo quise hacer todo muy a lo grande, no supe medir bien dónde me metía y cometí errores. Llevo desde los 22 años como empresario, y ya son once.

¿Volvería a trabajar para el Ayuntamiento de Santa Cruz?

Tengo un compromiso muy grande con Santa Cruz, porque es donde nací y me he criado. Es una ciudad a la que le tengo mucho respeto y cariño. Aquí he desarrollado muchos proyectos. Mi compromiso es con la ciudad. La ciudad queda, los políticos vienen y van.

¿No era más fácil llegar a un acuerdo, aprovechando que estaba Julio Pérez en el ayuntamiento?

El 24 de diciembre del año pasado, a las tres de la tarde, hubo una reunión que solicitamos nosotros. Por parte del ayuntamiento estaban los concejales Julio Pérez y Alberto Bernabé. No solo no se llegó a un acuerdo, ni nos hicieron una propuesta, porque ellos daban por hecho que íbamos a perder. Dijeron que sin una sentencia no podían llegar a un acuerdo, y ahora hay sentencia y recurren... Pueden decir que eso lo dijo Julio Pérez y ya no está, pero Bernabé sí estaba.

¿Sabía que Julio Pérez estaba en el gabinete que contrató?

Yo contraté a mis abogados mucho antes que Julio Pérez perteneciera al ayuntamiento. Es más, yo en verdad ni lo conocía. Cuando lo veo en las listas, lo identifico.

¿Pero Pérez sí sabría en la reunión del 24 de diciembre que era un caso de su despacho?

Supongo que sí, eso se lo tendría que preguntar al propio Julio Pérez.

Usted acudió con su abogado Ceferino Marrero, compañero de despacho de Pérez...

Ceferino Marrero fue conmigo. En esa reunión Julio estaba de parte del ayuntamiento y de hecho no nos hizo ni una propuesta.

¿Qué le parece que Santa Cruz recurra la sentencia?

Muchos abogados me comentan que recurrir la sentencia es un suicido por parte del ayuntamiento porque está probado y claro que lo van a condenar. Sobre el tema político, no entiendo cómo el ayuntamiento prefiere recurrir una sentencia a sentarse a negociar conmigo, que me conocen de sobra.

¿Está abierto a un acuerdo negociado?

Esta situación me ha costado a mí la ruina. Si recurren, que ni me llamen.

¿Alguien le ha llamado desde el ayuntamiento para tender lazos después de la sentencia?

Solo me ha llamado José Ángel Martín (concejal socialista responsable de los servicios jurídicos municipales) no para darme cita, sino en tono conciliador. Las únicas noticias que he tenido han sido por lo publicado en prensa. Pero esto ya no es una cuestión económica; es un tema de dignidad personal. Después de cinco años hay poco que negociar y voy a llegar hasta el final del proceso. Ellos también quieren recurrir y vamos a ver a quién le dan la razón. Lo importante ahora es cobrar, pero sobre todo restaurar mi honor, que es casi más importante que el dinero.