Bizancio, primavera de 1453. Cuentan las crónicas que mientras las tropas turcas cortaban cabezas en el primer piso del palacio imperial, en plena conquista de la ciudad, los dirigentes griegos discutían en el tercero sobre el color de las cortinas. De ahí lo de discusión bizantina, absolutamente inútil porque cada parte nunca puede (ni quiere) llegar a probar sus aseveraciones a la contraria. Ayer, la Comisión de Control del Ayuntamiento de Santa Cruz fue algo parecido, con los calificativos añadidos de kafkiano, surrealista, esperpéntico o marxista (de los hermanos Marx, claro).

Esta vez fueron 11 y no seis los personajes en busca de autor (si Pirandello levantara la cabeza). Y se perdieron por completo. De entrada, el presidente, Hilario Rodríguez, que se estrenaba, dijo que hubiera sido mejor celebrar antes la sesión aplazada el pasado 7 de febrero por los incidentes ocurridos en la gala del Carnaval.

Luego, empezó la discusión sobre "el sexo de los ángeles", léase si convenía celebrar aquella sesión, debatir los puntos del nuevo orden del día para ayer "y aprovechar que estamos aquí" o dejarlo todo para la semana que viene. Casi una hora después, entre alusiones a "ganar tiempo", se llegó a una conclusión: no había pasado nada, ni siquiera ese tiempo tan hipotéticamente valioso.

Cada concejal tuvo su "cuarto de hora" (más o menos) de gloria. Así, Carmen Delia Alberto se declaró "avergonzada" por haber ido allí para nada y no a trabajar. Ángela Mena criticó la posición "numantina" del Partido Popular, decidido, con protagonismo de Ana Zurita y Zaida González, a que no se celebrara la sesión "por dejarnos sin puntos para defender y cambiar sin avisar la habitual flexibilidad del reglamento porque solo se trate lo que entre en tiempo".

Los ediles de Sí se Puede, Arcila y Frías, se solidarizaron con los del PP. Incluso, Frías llegó a decir: "O deciden o me levanto y me voy". Guillermo Guigou aportó algún comentario humorístico que no gustó a José Ángel Martín.

Precisamente, Martín, teniente de alcalde, adalid del puño y la rosa, ahora en el equipo de gobierno como antes en la oposición -le recordó a Guigou aquellas comisiones del anterior mandato en que permanecían mudos porque los mandaban a callar-, cogió una silla, se sentó e intentó conciliar a las "huestes populares" sin conseguir evitar acusaciones de déficit democrático o venganza encubierta por haber pedido el pleno sobre asuntos sociales. De lo primero dijo que no había tal y del segundo, que más bien era cosa "del Conde de Montecristo". Florentino Guzmán y José Manuel Corrales, cada uno en una punta de la mesa, más callados de lo habitual.

Hilario Rodríguez intentaba mediar; el secretario, Luis Prieto, explicar, y algún edil enredar en beneficio propio. Nada de lo que pasó, pasó, y todo quedó pendiente para otra comisión (¿de control?) la próxima semana. Una representación de teatro del absurdo con malos actores que, al menos, no cobraron dietas esta vez.

El PP: "Vetados por venganza e insultados"

La concejal del PP Ana Zurita manifestó ayer que el alcalde, José Manuel Bermúdez, "intenta atropellar y amordazar a la oposición" y rechazó que "envíe a sus concejales de confianza a insultar a nuestra portavoz cada vez que realizamos una crítica a su gestión o presentemos una iniciativa que no le gusta".

En este sentido, Zurita atribuyó este comportamiento "antidemocrático" a lo que considera "represalia" tras la solicitud del pleno extraordinario para debatir la situación de emergencia social que vive el municipio.

Oscar García, como responsable del área social del PP, calificó de "falta de respeto" el ataque de CC a la portavoz, Cristina Tavío, tras su propuesta de pleno, pues dijo que los nacionalistas "la catalogan de esquizofrénica, faltando el respeto a las familias de las personas que padecen esta enfermedad tan dramática y tan seria". Por ello, puso en duda la calidad de los miembros del grupo de gobierno al emplear esta terminología, cuando remarcó que, lo que les pedimos es que "las personas puedan comer, acceder a un techo y a un empleo, para lo que pedimos el paso democrático de otro pleno para analizar por qué no se avanza en este sentido".

García puso como ejemplo de poca implicación que la demanda de recursos solicitada por el IMAS se traduzca en el envío "de dos auxiliares administrativos de ventanilla a la UTS de Añaza. Eso no es implicarse y tomar medidas eficaces, ya que se necesitan 30 personas para atender la demanda".