Siete años después de la paralización de unos trabajos en una vivienda del barrio de La Victoria, su deterioro sigue generando algo más que temor entre los vecinos. A principios de esta semana, y coincidiendo con una racha de viento intenso con motivo del temporal que azotó las Islas, parte de un muro del número 1 de la calle Plaza de La Victoria, se precipitó sobre la acera.

Desde enero del año 2007, la asociación de vecinos Tagoror Victoria, ante la inquietud de los habitantes de esta zona, conformada por 20 viviendas de protección oficial, pusieron en conocimiento de Urbanismo que se realizaban una serie de trabajos, para recibir información respecto a las medidas de seguridad.

Tras las pertinentes averiguaciones, el presidente del colectivo vecinal, Diego Duboy, recuerda que se carecía de licencia para dichas obras, ya que "pues se había solicitado como obra menor". Así, indica que además de ampliar las plantas, se había cambiado el acceso y modificado el espacio con un cambio de fachada, que incluso dejó dentro de la propiedad servicios de electricidad y teléfono.

Todos los incumplimientos generaron la orden de paralización, mediante la apertura de expediente sancionador, a pesar de que el promotor solicitó licencia de obra mayor, que fue rechazada por el calado de las obras ya realizadas, lo que provocó una orden de derribo de lo ya realizado.

El desprendimiento de material producido esta semana fue calificado por los vecinos como "altamente peligroso", porque se trataba de bloques de construcción, elementos de un considerable peso que, afortunadamente, no ocasionaron daños personales ni materiales.

No obstante, este es el tercer incidente que se produce en esta obra desde que fue paralizada y precintada, y esta semana requirió de nuevo la movilización de los bomberos cuyos efectivos retiraron parte del material que estaba a punto de caer.

Duboy, acompañado por su vicepresidente, José Manuel Sabina, puso de relieve que lo que cae a la calle "son los conocidos bloques de 20, que se precipitan desde una altura considerable con el pertinente riesgo".

No obstante, sobre este inmueble también se presentó otra denuncia en el año 2010, ya que de su interior salían ratas y cucarachas, lo que originó una fumigación, "pero hasta hoy no se ha resuelto el problema del todo".

Sin embargo, en 2010, "se nos notifica que ya se había informado a la Inspección Urbanística para que el promotor, de manera inmediata, tomara medidas de seguridad y la desinstalación de los bloques en el parapeto, la colocación de una red de seguridad y acometer trabajos para reponer la realidad alterada".

Sin embargo, a la vista del incidente, de esta semana, y los dos anteriores, con resultados y riesgos similares, solo revela que alguien debería revisar el cumplimiento de las medidas.

La presencia de okupas

Otro elemento de preocupación que se ha implantado en la zona es que en la vivienda que está pegada, la del número 2, que también ha sido precintada, hay okupas. Han escogido el lugar como almacén de todo tipo de enseres. Los vecinos dicen que el espacio no reúne las condiciones sanitarias mínimas, además de representar un riesgo de incendio, ya que la persona que ocupa el espacio, según señalan, "cada día trae más cosas para amontonarlas".