TEl nuevo padrón de construcciones incluye 380 edificios que, por tener una antigüedad superior a 50 años, tendrán que pasar, antes del 31 de diciembre de 2014, la Inspección Técnica de Edificios (ITE). Según establece la Ordenanza Municipal sobre Conservación, Restauración y Rehabilitación y Estado Ruinoso de las Edificaciones, estos inmuebles se unen a los 1.400 que ya estaban obligados a pasar la ITE y que deberán hacerlo antes del 20 de junio de 2014.

El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife ha publicado este viernes en el Boletín Oficial de la Provincia la nueva relación de edificaciones y construcciones que, por haber sido construidas entre 1953 y 1958 y en el año 1964, deberán pasar la ITE. El primer teniente de alcalde y concejal de Urbanismo, José Ángel Martín, indica que el objetivo fundamental de esta iniciativa es ofrecer “una continuidad a la vida útil del edificio a través de la realización de distintas acciones de mantenimiento preventivo, en el caso en el que fuese necesario desarrollarlas por el mal estado del inmueble”.
Los propietarios de los edificios de más de 50 años deben ponerse en contacto con un técnico que inspeccionará el inmueble y otorgará un certificado que deberá ser renovado cada diez años, tras la primera ITE. El desfase en los años de construcción de los edificios obligados a pasar la ITE se produce para adecuarse al margen temporal necesario hasta hacer coincidir el medio siglo de construcción del inmueble con el año natural en el que haya que inspeccionarlo.
La ITE es un certificado que garantiza el estado óptimo de cada uno de los edificios que se sometan a la prueba. Esto supone una garantía de calidad para cualquier posible transacción en la vivienda, ya sea a través de su alquiler o venta.
Martín explica que “todo ello redunda en una disminución de los costes de mantenimiento para los propietarios”. “Actualmente, las comunidades de vecinos esperan a que el edificio se encuentre prácticamente obsoleto para acometer las reformas necesarias que posibiliten otra vez su reforma y puesta en uso para lo que, normalmente, es necesario realizar cuantiosas derramas en los recibos sobre las cuotas habituales”, añade.
La ordenanza ITE trata, básicamente, de fomentar una cultura de la responsabilidad patrimonial en la que el ciudadano propietario de una vivienda será el encargado de velar para que el hogar en el que reside cumpla con todos los requisitos necesarios para su propia habitabilidad y la seguridad del resto de los transeúntes que pasen por delante de su fachada. Con esta medida, además, se espera bajar el número de ejecuciones subsidiarias que tiene que acometer la GMU por la inseguridad que generan algunas edificaciones tanto para sus moradores como para el resto de edificios colindantes o los peatones que transiten por su perímetro.

Del mismo modo, la puesta en marcha de la ITE propiciará también la generación de innumerables puestos de trabajo al fomentar el empleo dentro de los sectores asociados a los arquitectos, los aparejadores y el gremio de la construcción y las reformas en los inmuebles.