Si bien hubo sanciones por incumplimientos, no han existido motivos para alertar a los ciudadanos sobre los presuntos perjuicios que pudiera ocasionar a su salud la actividad de la Refinería de Santa Cruz. Así lo explicó la consejera regional de Sanidad, Brígida Mendoza, en la comisión parlamentaria, quien reiteró que no hay diferencia de morbilidad y mortalidad entre las dos capitales canarias.

A su juicio, la mejor medida de protección de la salud es cumplir la normativa ambiental, tanto de los valores de emisión como de inmisión. En tal sentido, reiteró que hay un programa de calidad del aire en Canarias.

El diputado del grupo Mixto Román Rodríguez (Nueva Canarias), manifestó que los poderosos logran silenciar los problemas y Cepsa "lo ha conseguido durante demasiado tiempo" con la Refinería.

Román Rodríguez mencionó que en 24 ocasiones se han superado los límites de azufre y otros contaminantes, así como el umbral de alerta que obliga a las autoridades a advertir a los ciudadanos, y agregó que no se habla de evacuar la ciudad, sino de avisar a los ciudadanos con problemas respiratorios.

Marisa Zamora (CC), que pidió prudencia, dijo que se trata de una industria con más de 80 años en la capital y reprochó a Rodríguez que no mostrara la misma sensibilidad cuando fue presidente de Canarias.

Jesús Morera (PSOE) reconoció que la Refinería genera contaminación y que es mala para la salud, pero esos axiomas no llevan a decir que sea mala para la sanidad de forma directa.

Mercedes Roldós (PP) dijo que los controles ahora no son tan precarios como en el pasado y que los datos de mortalidad y morbilidad en Santa Cruz no difieren de los de otras ciudades de similares dimensiones y sin industria contaminante.