La Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife ha ordenado el refuerzo de la seguridad en el interior y exterior de la plaza de toros y el vaciado de todos los enseres que se encuentran en su interior, después de que policías locales y expertos de la Gerencia realizaran una visita al inmueble y decretaran su potencial peligrosidad.

En concreto, el pasado 4 de octubre, y tras una denuncia de la Policía Local relativa a actos vandálicos, la Sección de Inspección Urbanística y Actividades decretó las primeras medidas que fueron ratificadas y completadas el día 8 de noviembre, determinando que "la construcción se encuentra en un estado de absoluto abandono, insalubridad y peligrosidad", destacando la existencia de "gran cantidad de basura y todo tipo de vertidos, entre ellos restos de materiales de obras, mobiliario e incluso dos vehículos convertidos en chatarra, así como restos del antiguo toldo de cubrición ".

En este informe, además se detalla que "en una de las naves o salones ubicados en la zona más próxima a la calle Horacio Nelson se acumulan restos de productos en recipientes plásticos que despiden fuerte olor. Sin tener constancia de qué tipo de materiales se trata y su posible peligrosidad".

En cuanto al estado de la construcción, "se aprecian deterioros propios del estado de abandono, de la falta de mantenimiento y de la antigüedad de esta construcción", destacando los "problemas de humedad, caída de cascotes y el deterioro de los revestimientos".

Por todo ello, el 8 de noviembre, el jefe de la Sección de Inspección Urbanística y Actividades, Juan Pedro Valdés, ordenó a los propietarios "adoptar de manera inmediata y bajo asesoramiento de un técnico competente las medidas de seguridad necesarias, realizando medidas como el vallado perimetral del inmueble y la instalación de redes de seguridad en los muros de cerramiento afectados por desprendimientos y cerrar los accesos al interior garantizando la seguridad de personas y bienes".

Respecto al material químico, deberá ser trasladado al área de Medio Ambiente para que se tomen las medidas oportunas.

Una vez retirados estos restos químicos y adoptadas las medidas requeridas respecto a temas medioambientales, así como la correspondiente limpieza y desescombro interior, "se procederá a realizar la inspección del interior del inmueble por parte de los técnicos de la sección a los efectos de proceder a valorar el estado del interior y determinando el alcance del deterioro y de las obras de reparación oportunas".

Según las estimaciones realizadas por Urbanismo y basadas en el Centro de Información y Economía de la Construcción (CIEC), la valoración de la limpieza y desescombro interior, con la correspondiente gestión de residuos, se calcula en 10.000 euros, a lo que ha de sumarse la instalación de redes de seguridad (6.700 euros), el vallado perimetral con valla plástica peatonal (2.500 euros) más medios auxiliares (4.000 euros), lo que suma un total de 23.200 euros.

Además, Urbanismo recuerda a los propietarios que, dada la antigüedad del inmueble y el estado de abandono y semirruina en el que se encuentra, este deberá someterse a la Inspección Periódica de las Edificaciones (ITE) más inmediata, en base a las determinaciones de la Ordenanza Municipal sobre Conservación, Restauración, Rehabilitación y Estado Ruinoso de las Edificaciones" en aras de garantizar el cumplimiento del deber de conservación del propietario y las adecuadas condiciones de salubridad y seguridad del mismo.

Y es que la plaza de toros data del año 1892 y ocupa una superficie de 5.075 metros cuadrados sobre una parcela de 6.516 metros cuadrados. Tras cesar en su actividad inicial se destinó a la celebración de conciertos, mítines, galas del carnaval y todo tipo de actividades, llegando incluso a albergar locales de restauración y ocio en sus anexos. Además, fue alquilada por partes, lo que explica que en la actualidad presente restos de trabajos propios de la albañilería o la construcción y con el tiempo también ha llegado a ser refugio para personas sin hogar. Ahora ha de vaciarse y cerrarse a cal y canto.