Son más de 30 viviendas y varios establecimientos distribuidos en los bloques 47 y 46 de Santa María del Mar -una urbanización de 50 bloques construida en 1965- los que llevan seis años "hartos de soportar las inundaciones, malos olores, insectos y roedores" que provienen de un local. ¿La causa? La rotura de un desagüe de las aguas fecales u obstrucción de la arqueta situada en un recinto privado al que su dueño no permite el acceso y que está repleto de restos de materiales o, como dicen los afectados, "de basura".

"No nos deja entrar al local para limpiar la poceta" y actualmente "ni podemos localizarlo" porque, aunque tiene una casa en el número 14 del bloque 47, "se trasladó a otro sitio, dicen que a La Gallega, y ya no lo encontramos". Sin embargo, "aparece por aquí a hurtadillas y sigue metiendo porquería ahí dentro. No tiene agua ni luz, pero baja un cable desde su casa, en el último nivel".

Las inundaciones, que han llegado a alcanzar el medio metro de altura, de aguas fecales afectan tanto a viviendas como a comercios. En las paredes de los establecimientos de los pequeños comerciantes se refleja la humedad y el deterioro. "Hemos tenido que hacer reformas, que reparar fontanería y que subsanar un montón de daños", aseguran. Eso, además de sustituir la mercancía que perdieron durante las tres o cuatro inundaciones que han padecido.

"Es un problema de salubridad". En las casas, una familia perdió todos sus muebles (ahora cuenta con los que han conseguido regalados o rehabilitados) y los niños (en casi todos los hogares los hay) tienen que jugar contra el hedor y las "cascadas de aguas fecales". "Mi niño de cuatro años es alérgico a los insectos y aquí hay bandadas", dice una madre, la misma que asegura haber visto a su perro "jugando con un ratón que cazó dentro de mi casa".

Por aquí ha pasado Sanidad municipal, pero no hay una solución; por aquí ha estado la Policía Local, que elaboró un expediente, pero no hay una solución; por las paredes de aquí "salen gusanos y cae el enfoscado"; por aquí "ya no sabemos qué hacer".

Un joven se atrevió a habilitar un local para montar un negocio. Ni tiempo le dio porque hoy, mucho tiempo después, "es el nuevo pozo negro".

Desde el CCN tratan de ayudar. Hortensia Navarro, presidenta local del CCN, aboga por que el ayuntamiento acometa subsidiariamente la limpieza y arreglo de la arqueta y porque, en caso de persistir la dejadez, acudan a la vía judicial.

Ignacio González, candidato a la Alcaldía por dicho partido, obtuvo el compromiso del director de Salud Pública del Gobierno canario, José Díaz Flores, de que intervendrá.