La Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife ha comenzado ya a dar los primeros pasos conducentes a la habilitación del Muelle de Ribera, donde se alzará la futura estación de cruceros del puerto capitalino tinerfeño, edificio que con más de ocho mil metros cuadrados de superficie requerirá de la adaptación de servicios y mejoras del equipamiento náutico actualmente existente.

Consciente de dichos requerimientos, el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife acordó en la sesión ordinaria celebrada el pasado 27 de febrero la contratación de los trabajos de refuerzo en el Muelle de Ribera de la Dársena de Anaga, licitándolos por algo más de dos millones de euros y un plazo de nueve meses.

Estas obras de refuerzo se realizarán en la primera y segunda alineación del muelle, en una longitud aproximada de cuatrocientos metros, donde se ejecutará una nueva viga carril dividida en módulos de 23,6 metros de longitud, para soporte de la pasarela que se utilizará para el embarque y el desembarque de los cruceristas que atraquen en el puerto.

Para transmitir directamente al terreno la sobrecarga que supondrá la instalación de dicho elemento y la del nuevo tiro de amarras, también habrá que construir 187 micropilotes los que evitarán la afección al resto de la estructura del muelle.

La obra se ejecutará en dos fases, dividiéndose la actuación en sendas zonas de 197 metros de longitud y manteniendo así operativo el muelle durante los trabajos.

Aunque no incluido en el proyecto a licitación, también se prevé realizar una vez concluidos los trabajos de refuerzo el dragado de la segunda alineación del Muelle de Ribera, pasando así de los 8,5 metros de calado actuales a diez, cifra idéntica a la existente en la primera alineación.

Y es que construida la estación de cruceros, el Muelle de Ribera prestará servicio a cruceros de hasta 325 metros de eslora y 8,8 de calado.

Si todo va sobre lo previsto, la nueva infraestructura portuaria estará lista en la temporada 2015-2016 y permitirá el atraque de barcos de hasta 16 pisos de altura, lo que lo convertirá al puerto tinerfeño en el mejor para este tipo de embarcaciones de la macaronesia.