El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife ha solicitado al Gobierno canario la creación de un impuesto específico vinculado a la calidad del aire bajo el principio de que "quien contamine que pague". Además, reclama que la recaudación de dicha carga fiscal vaya a parar a quienes verdaderamente padezcan la contaminación, es decir, al propio municipio y que no se lo quede el Ejecutivo canario como sucede con el Impuesto sobre Grandes Superficies.

La petición fue aprobada en el último pleno municipal con el apoyo de todas las formaciones políticas, exceptuando el Partido Popular, bajo el nombre de "moción sobre físcalidad verde", pero poco tiene que ver con crear tasas municipales a favor del medio ambiente, tal y como confirma el concejal de Hacienda, Alberto Bernabé, que asegura que "el objeto de la moción era 99% gravar a quien perjudique la calidad del aire, aunque es cierto que se contempla la posibilidad de crear tasas de otro tipo".

Bernabé aclaró que se trata de solicitar al Ejecutivo canario que implante un impuesto sobre la calidad del aire -ya que el ayuntamiento no tiene potestad para hacerlo- en el que el beneficio del impuesto sobre la contaminación que se recaude en Santa Cruz se quede en el municipio.

"Lo que le pedimos es que lo creen, lo cobren y le den al ayuntamiento la parte que le corresponde", aclaró el concejal.

Preguntado sobre el origen de esta iniciativa, Bernabé manifestó que "responde a un sentimiento de sensibilidad que se está produciendo en la ciudadanía en general, y en particular en la que convive con la Refinería", resaltando que "antes no existía una relación entre la contaminación y los perjuicios en la salud, pero cada vez es más palpable en la sociedad en la que vivimos y hay que tomar medidas".

No obstante negó que se trate de una petición destinada a gravar en exclusiva a la Refinería, recordando que el municipio hay otras empresas o instalaciones cuya actividad tiene consecuencias en la calidad del aire, como es el caso de la cementera o el puerto.

"A pesar de que la fiscalidad verde tiene una parte bonita porque supone gravar a todo aquel que cause daño al medioambiente, esto supondría nuevas cargas para los ciudadanos y nosotros estamos intentando mantener la fiscalidad casi congelada", sentenció.